Una característica del pueblo quisqueyano que los historiadores, tanto nacionales como extranjeros, han obviado o no han destacado en su verdadera magnitud, los es el loco amor, el incontrolable amor del pueblo taino por su libertad, sentimiento que nosotros hemos heredado como una verdad latiente que surca el cielo de la Isla cazando a sus enemigos. Como record tenemos que somos el único pueblo del mundo que ha fusilado a todos sus tiranos, incluyendo los primeros españoles que se asentaron como dictadores y que ardieron en fuego bajo la llama de la libertad taina.
La perversa dictadura trujillo-balaguerista introdujo, como un elemento de valor sicológico, de dominio, de opresión, el orden como una virtud de la dictadura, destacando siempre el hecho de que no era posible vivir en democracia y en orden. Cuando Trujillo obtiene lo que se merecía y el aire de la diosa libertad reaparece en el cielo quisqueyano, el pueblo dominicano ya tenía en su psiquis, muy claro, el hecho de que si se imponía el orden, regresaría la dictadura.
Por esa razón siempre nos negamos a respetar cualquier ley, cualquier ordenanza, cualquier disposición estatal que tenga como objetivo establecer orden, porque es una forma de oponernos a cualquier disposición que tenga como ensueño el germen dictatorial.
El PRD trajo a República Dominicana la libertad, el PRD trajo “el jacho prendió”, como el más alto símbolo de libertad y el PRD ha sido el más alto exponente del desorden en nuestro suelo, desorden que en nuestras psiquis quiere decir “libertad ilimitada”, no respeto por ninguna autoridad porque en el final ellas siempre encarnan la azarosa y fatal dictadura.
Juan Bosch nunca pudo imponer el orden él en PRD porque nuestro Gran Maestro nunca entendió ese fenómeno. El PLD no ha podido conquistar el amor del pueblo dominicano porque nunca ha entendido ese fenómeno y siempre frente a cualquier denuncia saca la cara del cínico dictador.
Cuando empezamos con la Feria Internacional del Libro imponer el orden allí fue un verdadero desafío. Un día, en un debate, le dije a las autoridades: ustedes tienen que entender que “el orden es una virtud de la democracia, no de las dictaduras”. Las sabias autoridades entendieron el mensaje y el desafío fue superado, siendo este el único lugar en las administraciones peledeístas donde ese desafío ha sido superado.
En los últimos 30 anos, yo no he visto a ningún líder perredeísta que encarne mejor a su militancia que Hipólito Mejía: es el ejemplo perfecto del desorden como símbolo y encarnación de la libertad. Por esa razón siempre digo que “la estabilidad del pueblo dominicano no depende en quien este gobernando sino que depende en que el PRD este o no en la oposición”. Si el PRD está en la oposición tendremos estabilidad y libertad asegurada.
El PLD actual cree que puede manejar a su antojo los poderes del Estado y cree que puede manejarlos sin el más mínimo amor por las milenarias creencias de nuestro pueblo en su libertad, un error que normalmente cometen los dictadores.
