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A la larga: el pueblo juzga y juzga cruelmente

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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La nueva modalidad de algunos políticos modernos, de no aceptar sus errores y por el contrario tratar de adjudicarle la culpa de sus actos al partido opositor, desde mi punto de vista, mantiene la democracia en vilo y puede decirse que hasta en peligro.

Me refiero a los políticos con tanta arrogancia que no pueden aceptar que están abajo en las encuestas y empiezan a temprana campaña electoral a desacreditar a las juntas electorales de sus países y amenazar que si no salen electos, es porque les hicieron trampa.

Algunos incluso, compran encuestas de compañías sin prestigio internacional, o hacen encuestas “en vivo” en programas de radio y televisión, tratando de mal informar los ciudadanos de las perspectivas reales en el momento.

Este caso ocurrió en México con Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien en las elecciones anteriores frente al actual presidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), se auto nombro presidente electo habiendo perdido las elecciones. Incluso llegó a pedirle al pueblo desconocer el fallo del Consejo Electoral e hizo un llamado a la desobediencia civil, ocupando las puertas del congreso, y lugares típicos de México por largo tiempo.

Estas actitudes de rebeldía y desaciertos no hacen otra cosa que mermar la confianza en el pueblo. Claro, existen elementos con poca o casi nada de preparación, los cuales entienden que ese proceso fue minado y se dejan arrastrar por la desinformación.

Si el comportamiento de López Obrador fuera otro, habría sacado gran ventaja del movimiento “yo soy 132” que los estudiantes formaron en el país azteca, logrando reducir la brecha existente entre el PRI encabezado por Enrique Peña Nieto y el PRD hasta casi un 5% de un veintitantos de diferencia.

Pero de haber existido una fuerte oferta de este candidato, hubiera ganado las elecciones del pasado domingo.

“Claro…existe el poder de la memoria y cuando un candidato no es sensato y patalea como niño cuando no le complacen y no reconoce su derrota, a la larga el pueblo juzga y juzga cruelmente”.

Ocurrió lo mismo en nuestro país, el candidato de la oposición utilizó el mismo discurso “si no gano es porque me hacen trampa”, con los mismos resultados perdió las elecciones.

Ojala esto no sea una tendencia de “pataleos” y pensemos en el futuro de la democracia en vez de nuestros insignificantes continuismo en el poder.

Qué bueno que los resultados de esta amenaza de si pierdo es trampa no les funcione y que los políticos (no importa de qué partido o tendencia), se preocupen más del discurso y de convencer al pueblo, y no querer amenazar con desconocer resultados, desobediencias civiles, tirarse a las calles, entre otros.

“Que viva la democracia en los países latinoamericanos. Que se respete la decisión de las mayorías sea cual sea”.

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