Santa Cruz de Tenerife (España).- El compositor dominicano Juan Luis Guerra, con 11 discos de estudio en el mercado y 9 Latin Grammys, ha considerado que su éxito, por encima de estos logros y reconocimientos, está en haberle puesto «vestido» a la bachata, género al que dice que ha ataviado con romanticismo.
«Mi bachata es rosa, es más suave y suena diferente a la tradicional de República Dominicana», asegura Guerra en una entrevista telefónica a Efe, en la que explica que la primera vez que utilizó este nuevo ritmo, que mezcla con bolero, fue en los noventa, en su disco «Bachata rosa», uno de sus trabajos de más éxito.
A partir de ese momento la ha seguido utilizando en canciones posteriores, melodía que hace que a personas que normalmente no escuchan esta música «les guste e incluso la bailen», explica el músico, a punto de ofrecer dos conciertos en Canarias, los únicos que dará en España.
«La música es la alegría cantada», exclama Guerra, quien manifiesta que la gente a pesar de no tener dinero invierte en cultura porque les da energía positiva y se olvidan de los vaivenes de la bolsa y de la crisis económica.
Sus conciertos son ejemplo de esta alegría, pues según cuenta, son «una fiesta» en la que todos los que asisten participan bailando y tarareando sus clásicos, como «Ojalá que llueva café» y «Visa para un sueño» y otros temas más nuevos, como «La travesía» y «La guagua».
No tener fronteras, gustar tanto a padres como a hijos y resistirse a las modas pasajeras son otros de los éxitos de Juan Luis Guerra, quien desmiente que haya pasado de encontrar la inspiración en el amor a hacerlo en Dios.
«Dios es mi inspiración, de él sale el amor», responde el artista, quien confiesa que desde que contactó hace 17 con el cristianismo, siempre lo ha tenido presente y que, aunque sigue haciendo canciones «sumamente románticas», sus referencias religiosas están ahora más presentes que nunca en su carrera.
«La espiritualidad es lo que me hace estar bien y en armonía, antes estaba desordenado», dice el dominicano, quien matiza que la religión la lleva siempre consigo y, aunque le aleje de algunos seguidores, es algo de lo que no puede separarse y luce con orgullo.
Ese compromiso es similar al que tiene con otras causas sociales, como con Haití y las consecuencias que dejó el terremoto de 2010 y con su propio país, República Dominicana, donde critica que se invierte poco en sanidad y educación.
En Haití abrirá dentro de poco un hospital con lo que ha recaudado del concierto benéfico «Song hope of Haití» que organizó y en República Dominicana tiene esperanzas de que el nuevo gobierno aumente el presupuesto destinado a educación, «una vieja reivindicación que parece que vamos a conseguir», apostilla.
Respecto al movimiento de protesta 15M, que desde España se propagó a muchos lugares el mundo, Guerra opina que «está bien que la gente salga a la calle y luche», ya que no hay que perder la esperanza «pues al final todo llega y hay que saber estar y esperar»; y es que, a su juicio, «lo mejor está por llegar».
Entre sus retos de futuro destaca seguir sacando nuevos discos, componer música para películas y, sobre todo, hacer alguna colaboración con Paul McCartney.
Se declara «un gran admirador» de los Beatles, grupo con el que creció y entre sus influencias también resalta al merenguero dominicano Johnny Ventura, con cuya música aprendió a bailar en las discotecas de Santo Domingo.
De ambos destaca su capacidad para seguir creciendo y su constancia en el mundo de la música, un ámbito que él no piensa abandonar: «Cuando tenga 70 años me veo componiendo y cantando, es el don que Dios me ha dado». EFE