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Trágico accidente junto al estadio de los Marlins destruye familia

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Abrahan Díaz y su familia se encontraban de vacaciones en Miami durante el fin de semana. Vinieron a visitar a amistades que no habían visto en décadas.

Cualquier ayuda usted puede depositarla en el banco BB&T BANK al número de cuenta: 0000240050528 o comuníquese con Franklyn Díaz al teléfono: 678-231-0148.

Los Díaz aprovecharon la calurosa y bella tarde del sábado para ir a ver jugar a los Marlins. La familia Díaz presenció el encuentro junto a Lucy Núñez, una amiga, desde las gradas de tercera base. La ocasión fue tan especial que decidieron tomarse una fotografía. Abrahan, su esposa Esther Terreno, su hija Adriana, y sus nietos Franklin y Magdeline se sumaron a la instantánea. Franklin abrazó a su abuelo, y Esther mostró las cajas de pizza que probablemente comieron durante el juego. Todos sonrieron, y la imagen quedó plasmada para la posteridad.

Al terminar el juego, la familia caminaba por la calle 7 del noroeste hacia su automóvil. Alrededor de las 7:30 p.m., una furgoneta Dodge Caravan roja se abalanzó erráticamente sobre la familia. El conductor, Raúl Humberto Ortega, había perdido el control del vehículo. Minutos después ocurrió una tragedia. Abrahan perdió a su esposa, a su hija y a su nieto.

El reencuentro que no se dio

Los Díaz se mudaron recientemente a Lawrenceville, al noreste de Atlanta, y acababan de regresar de la República Dominicana, donde habían pasado unos días de descanso. Aparte de visitar a Núñez, se iban a reencontrar con Edwin Abreu, a quien Díaz no había visto en casi 20 años. Abreu y Díaz habían trabajado juntos en un centro médico en Bonao, de donde ambos eran originarios. Hace unos meses, Díaz contactó a Abreu a través de Facebook, y ambos charlaron sobre sus vidas.

“Me llamó por teléfono después, y me dijo que vendría en verano con su familia a Miami”, relató Abreu.

Ambos acordaron verse para recordar viejos tiempos. Díaz volvió a llamar a Abreu el sábado. Se juntarían el domingo.

Llegó el domingo, pero la visita no se llevó a cabo. Abreu se quedó esperando la llamada de Díaz, sorprendido de no tener noticias. Fue para él un domingo cualquiera y entre las cosas que hizo para pasar el tiempo fue leer los reportes de periódico acerca de un accidente a una cuadra del estadio de los Marlins, en el que había muerto el conductor —Raúl Humberto Ortega, de 67 años— y tres personas que transitaban por la acera y que todavía no habían sido identificadas.

El lunes, los medios dieron a conocer la identidad de las víctimas.

“Fue devastador”, recalcó Abreu.

Las tres personas eran de origen dominicano. Se trataba de Esther, de 53 años, Franklin, de 14, y Adriana, de 13.

Magdeline, de 10, no murió, aunque se encuentra en condición grave pero estable. Fue llevada al Hospital Jackson Memorial, donde fue operada durante casi cinco horas para reparar varias fracturas. Abrahan Díaz y Lucy Núñez no fueron alcanzados por el vehículo, pero lo vieron todo. Díaz tuvo un colapso en la escena y fue llevado al hospital. Tenía la cara entre las manos al momento de subir a la ambulancia.

“Esto es muy difícil”, comentó Abreu entre lágrimas. “No puedo hacer nada para recuperar sus vidas”.

Catarina Jiménez, amiga de Núñez, indicó que su amiga es una “luchadora”. Jiménez también afirmó que Esther era un “ángel”, y que Franklin la sorprendió porque, a pesar de ser un adolescente, tenía un ávido interés por los documentales.

“Imagina lo que es perder a tu esposa, a tu hija y a tu nieto […] Perder a una persona en una circunstancia así afecta mucho a cualquiera. Ahora multiplícalo por tres”, declaró Jiménez al referirse al estado en que se encuentra Abrahan.

La policía todavía no logra determinar el motivo por el que Ortega perdió el control del vehículo. Sin embargo, de acuerdo con Carmen Santi, quien fue su vecina por 15 años, la hija de Ortega estaba segura de que su padre había muerto por un paro cardiaco. Ortega había sufrido de cáncer en años anteriores, pero el mal se encontraba en remisión, según la vecina.

“Fue un hombre bueno, muy servicial con toda la gente de la cuadra”, comentó. “La gente lo quería mucho”.

La familia de Ortega, que se encontraba congregada en su casa, declinó hablar con El Nuevo Herald el martes. Un hombre que se identificó como el cuñado de Ortega aseguró que hablarían del tema en el futuro.

El Departamento de Policía de Miami busca ponerse en contacto con testigos que hayan visto la furgoneta en los minutos previos al accidente. La investigación sigue abierta para tratar de establecer qué sucedió en los últimos momentos de la vida de Ortega y sus víctimas.

Abreu anunció el martes que los restos de Esther y Adriana serían repatriados a la República Dominicana, mientras que el cuerpo de Franklin sería llevado a Georgia.

“Son una familia de escasos recursos”, explicó. “Necesitamos sus oraciones y donaciones”.

Los familiares y amigos de Díaz abrieron un fondo a su nombre en el banco BB & T para que la comunidad ayude a sufragar los costos de los funerales. Los donativos pueden ser realizados en la cuenta 0000240050528.

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