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Dominicanos realizan marcha de apoyo a Francheska

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San Juan, Puerto Rico.- Decenas de personas vestidas con camisetas blancas marcharon hoy por las avenidas Ponce De León y De Diego para expresar apoyo a la joven dominicana Francheska Duarte y a otras víctimas de violencia en la Isla.
 
La jornada denominada “Pazos hacia la Paz”, fue organizada por un grupo de instituciones de la comunidad dominicana y se realizó bajo la consigna “Alto a la violencia y paz para todos en Puerto Rico”. Los participantes marcharon en nombre de las personas fallecidas y en solidaridad con las sobrevivientes.
 
La alta incidencia de  crímenes, homicidios asociados al narcotráfico y asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas, mantienen en rojo las estadísticas criminales de Puerto Rico, agravando el sentimiento de inseguridad en la población.
 
Prácticamente todos los días mueren personas en ajustes de cuentas entre narcotraficantes. Las frecuentes balaceras, que tienen lugar en calles, bares y hasta plazas comerciales, han costado la vida de muchos inocentes, mientras las agresiones a mujeres y feminicidios siguen incrementando la escalada de violencia que sufre la isla.
 
Hasta el pasado viernes 13 de julio, momentos en que se ultimaban los detalles de la marcha de los inmigrantes dominicanos contra la violencia, habían ocurrido 501 asesinatos en la Isla, entre ellos una masacre en el pueblo de Cayey.
 
La joven dominicana Francheska Duarte Jiménez, reunió fuerza física y emocional para presentarse a la marcha “Pazos hacia la Paz” y encabezar el recorrido junto a los caminantes.
 
A siete meses de perder las piernas tras ser atropellada por su expareja en un incidente de violencia doméstica, Francheska, de 20 años de edad, sigue sin sobreponerse a la depresión.
 
La precariedad económica es otro motivo de estrés para esta familia dominicana residente en Río Piedras. La madre de Francheska, quien era la principal proveedora del hogar sigue imposibilitada de trabajar, ya que debe atender a su hija y también cuidar de su nieta Frangelis, menor de un año.
 
La falta de ingresos mantiene a la familia dependiendo de la ayuda de parientes y vecinos, por lo que instituciones de la comunidad dominicana se han movilizado para realizar actividades de recaudación de fondos.
 
Solidaridad
 
Ventas de Garaje  y una Bohemia celebrada anoche en un restaurante-bar de Santurce, con la presentación de la reconocida bolerista dominicana Jacqueline Estevez -quien vino a Puerto Rico conmovida por la tragedia de Francheska han servido de medios para recaudar ayudas económicas para esta familia dominicana marcada por la violencia.
 
Reclamo de justicia
 
La movilización de este domingo también incluye un reclamo de justicia en el caso «Francheska» -como se le conoce en los medios de prensa- ya que su agresor, el puertorriqueño Jorge Ramos Rodríguez, solo fue condenado por un delito «menos grave» a la Ley de Tránsito, sin que prosperara el cargo de «agresión agravada» que le era imputado.  En momentos en que atropelló a Francheska, el hombre se encontraba en probatoria por un delito de tráfico de drogas.
 
Líderes comunitarios y el propio cónsul dominicano en San Juan, Máximo Taveras, denunciaron que la determinación del Tribunal Superior de San Juan, además de beneficiar al agresor, deja en total indefensión a Francheska, lo que ha sido considerado como un acto de discriminación y una nueva agresión contra la joven sobreviviente de violencia de género.
En la lectura de sentencia, pautada para el próximo 02 de agosto, Jorge Ramos Rodríguez, podría ser condenado a una pena de hasta seis años de prisión.
 
Agobiada por pesadillas
 
La sensación de todavía «sentir» las piernas se ha convertido en una pesadilla permanente para Francheska, quien fue atropellada en diciembre del año pasado por su entonces pareja, Jorge Ramos Rodríguez, tras una discusión motivada por celos mientras compartían con amigos en un negocio de Barrio Obrero.
 
La joven despierta en medio de la madrugada sin recordar la cirugía de amputación y, engañada por su inconsciente, se tira de la cama creyendo que sus pies tocarán el piso, para luego vivir de nuevo el terror de verse mutilada.
 
En entrevista con Dominicanos Hoy, Saira Jiménez, la madre de Francheska, explicó que pese a que su hija toma un medicamento para combatir las «sensaciones engañosas», sigue sintiendo las piernas y que en varias ocasiones ha caído al suelo por las pesadillas en las que sueña que está caminando.
 
«En los sueños se ve con sus piernas, entonces le da con tirarse de la cama y se cae directo al piso. A mí me despiertan sus gritos», describió la atribulada madre.
 
Dijo que a su hija Francheska le destruyeron la vida: «No fue solamente que perdió las piernas, a ella también le quitaron la paz. Yo me pregunto ¿Quien se la va a devolver? ¿Quién le va a devolver su tranquilidad?», se cuestionó, enfatizando que todavía su hija no recupera el apetito, no quiere salir de la casa, ni reunirse con sus amistades.
 
Saira Jiménez, de 35 años, oriunda de Boca del Yuma, Higüey, emigró legalmente a Puerto Rico hace 17 años y con los ingresos que recibía limpiando casas crió a sus tres hijos. Francheska tenía 10 años al momento de llegar a Borinquen.
 
En su conversación con DH, la higüeyana sostuvo que la falta de justicia es otro gran sufrimiento que comparte con su hija: «Ese hombre le tiró el vehículo encima, casi la mata y la jueza dijo que eso no fue una agresión. Yo quisiera saber cómo sería la sentencia si él fuera dominicano y mi hija una boricua», se preguntó con amargura.

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