Resulta increíble, que después de la matanza sucedida en un cine de la ciudad de Aurora, en el estado de Colorado, la venta de armas de fuego aumentara en esa área en más de un 40%, es como si interpretáramos al revés el mensaje y las enseñanzas de hechos trágicos como este.
Es como si en algunos ciudadanos de esa zona de Denver floreciera la idea de defenderse de alguien que no conoce, de alguien que viaja en el tiempo empecinado en un hecho trágico; para otros es un estar atento al peligro que acecha, y que por lo impredecible que somos los humanos, no se puede, ni siquiera hacer una conjetura de cuando sucederá.
Las personas parecen no entender que las armas de fuego son parte del problema de la violencia, que desde que las inventaron millones de personas han pagado con sus vidas su presencia, en las calles, en las guerras y en nuestras propias casas. De ahí que las armas debieran estar reservadas exclusivamente a organismos encargados de seguridad.
Estos instrumentos de muerte, deben ser exclusivos de las fuerzas armadas, policías e instituciones dedicadas a la vigilancia y a la seguridad. Portar un arma de fuego es un compromiso muy serio, ya que estas solo sirven para ser disparadas, y lo que lanzan es plomos calientes, pero aunque usted no lo crea, las armas son fabricadas para matar personas, Yo no le encuentro otro uso importante.
Está claro que más del 95, de los seres humanos nos resistimos a usar armas, ese objeto pesado y frio, de color oscuro, con olor a grasa y a muerte debe ser alejado de quienes tienen una atracción especial por ella y de quienes las buscan y las compran, para lucirlas como un objeto de “lujo, decorativo, amedrentador, provocador e insinuante”.
Desgraciadamente en esta semana, los medios de comunicación informaron la triste noticia de que el Estado de la FLORIDA PASABA A SER EL NUMERO UNO EN TENER LICIENCIA PARA PORTAR ARMAS, sobre pasando a estados tradicionales en ese reglón, como Alaska, Texas, Montana, Oklahoma. Para tener una idea de la relación de las armas con la violencia, solo hay que mirar la realidad de algunos estados, aquí en USA.
En el estado de Loussiana las estadísticas dicen que un 44% de los habitantes usan armas de fuego, pero el 79 de los crímenes violento se producen, se dan con esas armas, en Rhode Island, un 12 % de la población posee armas, y un 59 % de los hechos violentos suceden con arma de fuego. Tomando en comparación la realidad de estos dos Estados, si usted compró armas o si piensa comprarlas, primero piense en esta realidad y piénselo dos veces antes de hacerlo.
Qué problema tan grande usted tiene que no puede resolverlo con un dialogo o con una defensa personal, con un abogado, llamando un policía o con un amigo en común; Matar una persona es algo horrible, yo pienso que ese ser humano es el padre de alguien, hijo de alguien, querido o esperado por alguien.
En esta semana la Directora del instituto Caribeño para Estado del Derecho (ICED) Orlidy Inoa, informo que en la Republica Dominicana, el 68% de las personas que poseen armas, las usan para resolver problemas interpersonales y condeno el hecho de que a cualquier persona que tenga el dinero y pase un examen psicológico se le otorga permiso para usarla.
Según los informes de Inoa, en el 2006 la Republica Dominicana importo más de $40 millones de dólares en armas, convirtiéndose esto en un mercado lucrativo. Las armas existen, pero si usted no la tiene la posibilidad de que se involucre en un hecho violento es menor y si participa sin arma las consecuencias serán menores. Entonces lo mejor es no tenerlas, si tiene un arma trate de cambiarla a las instituciones que la destruyen o destrúyala, al final se estará librando de algo que no necesita.
La culpa del Estado está presente en estos hechos trágicos, ningún gobierno dominicano ha legislado para evitar que las armas de fuego la compre en el mercado cualquier desquiciado, entiendo que es el momento, para el gobierno mostrar que se coloca del otro lado de la violencia; La violencia solo se puede frenar con una política educativa, cero venta de armas, programa de empleos, programas de prevención, desarrollados por profesionales de la psicología, y otras áreas sociales relacionadas con el comportamiento humano, aplicando consejería a los ciudadanos con condiciones para desarrollar actos de violencia, reñidos con las leyes.