Los síntomas de las molestias gástricas, como indigestión, acidez y cólicos estomacales, normalmente disminuyen en tan sólo pocas horas; pero en algunas personas, la alteración digestiva continúa, convirtiéndose en motivo de constante preocupación. Un informe especial de ocho páginas que aparece en la edición de junio de “Mayo Clinic Health Letter” trata sobre los problemas de la salud digestiva, los cuales generalmente son factibles de tratar o controlar.
Entre los puntos destacados constan los siguientes:
Muchas causas, muchos tratamientos: el informe especial cubre los tratamientos para los problemas digestivos, tales como úlceras, enfermedad celíaca, pancreatitis, enfermedad de Crohn, diverticulosis, cálculos biliares y enfermedades del hígado. Buscar atención médica pronto, en lugar de postergarla, puede ayudar a controlar o hasta curar estas afecciones. Tomar acción pronto también podría evitar que una afección grave se convierta en mortal.
La edad en sí misma no es el problema: las personas generalmente atribuyen sus problemas digestivos a la edad. Cuando uno envejece, se presentan cambios, como por ejemplo, que el estómago pierda su elasticidad y no retenga mucha comida; sin embargo, se puede decir que la repercusión de los cambios propios de la edad sobre la digestión generalmente es sólo leve.
La acidez estomacal (¿podría ser un ataque cardíaco?): se recomienda recibir atención de urgencia cuando la acidez estomacal es diferente o peor a lo normal, y específicamente si ocurre mientras se realiza actividad física o viene acompañada por falta de aire, sudoración, mareo, náusea o dolor que se irradia hacia el hombro o brazo.
El corazón y el esófago son vecinos cercanos y comparten las mismas conexiones nerviosas. Ambos pueden provocar un dolor en el pecho que oscila entre leve a fuerte. Por ello, no es siempre fácil distinguir entre acidez estomacal y un ataque cardíaco.
No culpe a la comida picante: la mayoría de úlceras se desarrolla por una infección bacteriana, o como efecto secundario de los medicamentos, y no debido a la cena de anoche. El síntoma más común de úlcera es sentir un dolor que roe en la parte superior del abdomen, entre el ombligo y el esternón. El tratamiento generalmente implica la administración de antibióticos y medicamentos para reducir el nivel del ácido en el estómago, brindándole la oportunidad de recuperarse.
Ser “regular”, no quiere decir ir al baño todos los días: el estreñimiento que es una de las quejas más comunes de los adultos mayores, generalmente se define como defecar menos de tres veces por semana, con heces duras y dolorosas. En contraste, se consideran normales los movimientos intestinales que ocurren fácilmente, aunque sea con un día de por medio.
El estreñimiento podría ser producto de la deshidratación, del uso excesivo de laxantes, del efecto secundario de un medicamento, de un patrón de retraso en las defecaciones, o de alguna enfermedad subyacente. Hacer ejercicio y consumir una cantidad adecuada de fibra en la alimentación puede ayudar. Además, el médico puede recomendarle otros tratamientos, como tomar suplementos de fibra o laxantes.
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