Este 16 de agosto se conmemoran dos acontecimientos trascendentales para dominicanos y dominicanas: aquel 16, de 1863, cuando se proclamó la segunda independencia con el Grito de Capotillo y este, de 2012, en el cual asume la Presidencia de la República Danilo Medina.
Después de hacer un alto en el camino y reflexionar sobre esa historia que abarrota cada siglo de la existencia de la nación, sostenida por brazos y corazones de hombres y mujeres a quienes se debe cada instante de libertad, hay que adoptar la realidad de un nuevo comienzo gubernamental como la consecución de compromisos, que el presidente Medina asegura cumplirá sin reparos.
Lamentablemente, tras aquel 27 de febrero de 1844, cuando fue declarada la independencia dominicana, hubo un “paso atrás” con la Anexión a España, llevada a cabo por el general Pedro Santana y, entonces, nuevos nombres emergieron para rescatar lo que constituye un derecho propio: ser libres. Benito Monción, Santiago Rodríguez, Pedro Pimental, Juan Polanco, entre muchos otros, que por razones de espacio no pueden nombrarse aquí. Sin olvidar jamás la jerarquía política y militar que marcó esa y futuras épocas: el general Gregorio Luperón, jefe superior de operaciones en la zona de Santo Domingo por el gobierno provisional.
Otro 16 de agosto vive la nación dominicana, diferente en su momento histórico y concreto; sin embargo, las enseñanzas de otrora pueden servir para no cometer errores insalvables:”He vivido apegado a la idea de que la inclusión es vital para el desarrollo.
No he cambiado de idea ni cambiaré. Gobernaré con todos y todas”, afirmó Medina en su discurso presidencial, donde enarboló la figura del maestro Juan Bosch, a quien llamó su maestro y prometió que los esfuerzos del extinto líder peledeísta no serían defraudados.
La historia lo absolverá, o no.
Dos 16 agosto en la historia
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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