Sin duda, el pasado viernes, “el día después” del presidente Danilo Medina, fue muy movido, tanto en su puesto de trabajo: la casa de Gobierno y también el sitio donde reside con su familia, que ahora permanece “bordeada” por decenas de autos y hasta los policías AMET se están comportando como deben, impidiendo los taponamientos, gracias al respeto de las indicativas luces del semáforo en la avenida Enriquillo, donde tal vez se reduzcan los asaltos y atracos por la concentración de uniformados cercanos al mandatario, ¿o no?
Los medios de comunicación divulgaron las noticias relacionadas con las confirmaciones de cargos, sustituciones y nuevos nombramientos. Pero, nada mejor para tomar el pulso de la opinión pública que escuchar a los taxistas y, en general, a la población, que insiste en reiterar que no resulta alentador ver las mismas caras en un nuevo gabinete, cuando el Presidente ha repetido hasta el cansancio que se hará lo que nunca se ha hecho y, en verdad, ellos eran quienes estaban haciendo lo que hasta ahora anda mal…
En fin, que tras su primer día de trabajo como Presidente, acompañado de un clima de tensión y grandes movimientos en los pasillos del Palacio Nacional y en torno a su propia vivienda, Danilo Medina sigue “toreando” una situación difícil, donde hicieron nido el clientelismo y otras formas de permanencia en el poder, que ahora serán difíciles de erradicar, porque está claro que lo más espinoso de transformar es el pensamiento.
De todos modos, señor Presidente, promesas son promesas y deben ser cumplidas. Eso fue lo que usted afirmó durante su campaña y en su emotivo discurso de toma de posesión.
¡Ay, Medina!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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