El dominicano en su gran mayoría sufre males causados por la perenne tormenta de la corrupción administrativa gubernamental, plaga creada por el amante del dinero ajeno. No un perenne fenómeno de la naturaleza social. Robo del dinero de las necesidades del pueblo. Aceptamos los desengaños y nos aferramos a la esperanza, sabemos que se puede ejercitar el cambio de lo negativo a lo positivo. Cuando se sufre por una causa justa, hay puertas cerradas que se abren para pasar a la necesaria realización humana.
Insistir, insistir con paciencia ausente de violencia, controlar las emociones. Creemos en el dinamismo espiritual para salvar la vida de amarguras. La dinámica interior es la clave que motiva la búsqueda de la vida en amor al bienestar de los demás. Existe, es realizable salvar el país de tantas inmoralidades que arrastran al caos.
Juan Pablo Duarte dio el ejemplo de dar vida al seguimiento de patria libre y sana. Su Decálogo es la pauta, enseñanza para crear los conocimientos, multiplicarlos por generaciones para defender las verdades, la pureza de los valores contra la fuerza del oscurantismo de las buenas costumbres que hoy destruyen nuestra vida en familia sana.
Los conocimientos científicos avanzan con una pasmosa indiferencia y maciza ignorancia de todo lo que acontece a su alrededor. Visión técnica, pero, una visión cultural de miopes, hombres más técnicos cada vez más ignorantes. No viven el humanismo cívico, no lo conocen. Moral, templanza, honor, lealtad, obediencia, disciplina, deber cumplido, organización, pulcritud, sinceridad, dignidad, honradez. No la estudian, realmente le molestan las costumbres civilizadas, vemos el monumento a Fray de Montesinos abandonado y el parque Eugenio María de Hostos, vergonzoso foco de infección. Cuando en la casa paterna no profesan los principios sanos, crecen las victimas de sí mismos, gravemente dañinos, avaros, contrarios a la vida de comunidad de amor y respeto por los demás: Sociedad degradada.
Estamos en el naufragio de la convivencia entre hermanos, la inseguridad física que fue de la época del garrote, colmillos y garras, hoy abre tumbas. Es necesario educar en la casa y escuela las virtudes para estar instintivamente ligados en sociedad de servicio, en sí, eliminar el egoísmo solitario. Dar vigencia a un consenso de comunidad con un significado de verdades y bellezas espirituales, que debemos llamar cultura, que reúna las manifestaciones sensibles y racionales de lo humano, dentro de una base de solidaridad de los ciudadanos para la manutención del todo.
La casa y la escuela son la fragua donde crece la capacidad para promover la unión de los valores individuales con las aspiraciones más profundas de los pueblos. Ser hombres y mujeres capaces de resolver la critica circunstancia de convivencia del humano con el humano.
No quiero aceptarlo, pero, lo cierto es que abundan los que llamo enemigos de la humanidad. No me engaño, los veo en sus acciones perversas, cuando algo como “irregularidades” las presentan los informes de la Cámara de Cuentas.
Alma grande Gandhi padre del auto sacrificio por el bienestar de los demás, es nuestro profeta: “El ser humano crece cuando conoce la verdadera naturaleza de su yo, con tal que reflexione sobre ella y practique la virtud. Vivir de otro modo conduce a la ruina.-Qué importa que nos tomen por soñadores”.
Nosotros somos soñadores, por eso estamos “meditabundo” fuerza de amor a los demás. Anoche soñé que vivíamos libres de males sociales, muy felices y me encontré con el amor de soñar. ¿Y usted?
Nuestro invitado de hoy: P. Zezinho: “Una república se hace con honestidad, trabajo, respeto al ciudadano y más celo en cumplir los deberes que en conseguir más derechos. Sin renuncias por parte de todos no existe la democracia.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
Meditabundo: Nuestro interior a lo interior ciudadano
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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