No se esperaba menos de Danilo Medina tras su discurso de toma de posesión y a partir de sus compromisos con el pueblo dominicano; pero, lo cierto es que su presencia en la afectada región Sur, donde tanto daño hizo la tormenta Isaac, proveyó de confianza a las víctimas, por tener al Presidente frente a los problemas mayores del momento y buscando soluciones.
Se trata ahora de evaluar los daños a los sistemas de irrigación, los puentes y caminos vecinales y según el mandato de Medina disponer de todo lo necesario para que en el máximo de tiempo de unos 40 días, todo regrese a la normalidad.
Quizás, dadas las circunstancias en que el nuevo mandatario asume el poder, con obras terminadas- pero con problemas algunas de ellas-, lo importante sería dar mantenimiento y proceder a reedificar, de manera que no se caigan más puentes, como el que sucumbió en Baní, que comunican importantes ciudades, destinadas a proveer de alimentos a otras localidades.
Puede ser que el gobierno entrante se caracterice por restaurar lo que está mal y lo de hacer lo que nunca se hizo tendrá que posponerse en lo material, dado el endeudamiento existente. No así las costumbres y actos que dejaron mucho que desear en la pasada gestión.