La entrada de cada mes además de anunciar un nuevo tiempo de planeación y cumplimiento de gestiones para elevar a calidad de vida, trae las cuentas por pagar, la renta, la luz, el teléfono, el agua, la colegiatura de niños, niñas y adolescentes y las tarjetas de crédito entre otras. ¿Con su limitación económica, cómo enfrenta estas demandas una mujer jefa de familia?
No se trata de madre soltera, de mujer casada o viuda, este tema se aborda desde el punto de vista de proveedora para una familia donde pueden coincidir otras personas, también carentes de entradas de dinero por razones de edad, enfermedad o situaciones vulnerables de ausencia por migración de algún integrante del núcleo familiar. Las causas son diversas. Las jefas de familia son un resultado, una situación social que reclamó una respuesta jurídica como parte de las políticas públicas en Colima.
Tradicionalmente el jefe de familia era la figura masculina, hoy no es asunto solo de palabra, pues la incorporación de la mujer a las fuerzas productivas, de servicios y en las pequeñas y medianas empresas fue transformando esa realidad, incluso los hombres asumieron nuevas formas de participar en la familia, cumplimentando nuevos roles y responsabilidades con sus hijos e hijas.
Las acciones de las jefas y madres de familia no excluye la responsabilidad paterna del padre ausente. Se perciben nuevas aristas a la situación familiar y su relación con las instituciones estatales, quedó jurídicamente regulada.
Esta legislación prevé dar asistencia a todas las mujeres jefas de familia que en Colima ascienden a más de 35 mil, sin discriminación y con independencia de ser soltera o casada, residentes en zona rural como urbana, eso sí, que demuestren ser el sostén económico de sus hogares y respondan por la manutención familiar.
Con esta ley se les asegurará cierto apoyo alimentario a mujeres con escasos recursos y hasta podrán prepararse para incrementar su desempeño laboral. Resulta innegable este paso de avance encaminado a buscar soluciones a la problemática social de esos grupos desfavorecidos socialmente.
Ojo con el tema de estas jefas, el apoyo que considera la ley deberá estar encaminado a gestionar otros recursos, como otorgar becas de medio y tiempo completo para que quienes integran grupo doméstico y no pierdan la capacidad de estudiar para alcanzar otros niveles de cultura y capacitación adecuada para elevar la calidad de vida, así como apoyo para la adquisición de materiales que mejoren la vivienda a precios módicos.
En fin como dice el proverbio japonés, no es dar el pescado para comer un día, sino entregar la vara de pescar para con esfuerzos propios, saciar el hambre.
Esta legislación prevé que estos apoyos no queden sujetos a circunstancias administrativas o presupuestales como ocurre en determinados momentos de un proceso gubernamental durante los años de gobierno y por tanto, se determina que en cada sesión donde se aprueba el presupuesto, se incluya la partida para cubrir el apoyo a las mujeres madres solas o jefas de familia.
Una ley es una respuesta jurídica a una situación social analizada y detecta la necesidad de cambio para relacionar a las mujeres con las instituciones hacia las soluciones económicas y con perspectiva de género. Las múltiples desigualdades que se materializan en estos grupos monoparentales, afectan más a niños, niñas, adolescentes, personas de la tercera edad, con alguna discapacidad y a las propias mujeres discriminadas.
*Maestra en Ciencias de la Comunicación
Jefas de familia: una situación social
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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