Damasco.- El enfrentamiento entre fuerzas gubernamentales y bandas armadas, y amenazas de estas contra la aviación civil, conforman este miércoles parte del panorama en Siria.
En las últimas horas, el Ejército Árabe Sirio (EAS), liquidó a decenas de insurgentes en la rotonda de Yanddoul, en la ciudad de Alepo, a 350 kilómetros al norte de la capital, y centro de violentos choques desde hace semanas.
En un área rural de la provincia, en la zona de Khanaser, una unidad del EAS destruyó en la madrugada de hoy tres vehículos artillados con ametralladoras Dushka, mientras se mantiene el trasiego de hombres y armas desde la vecina Turquía, algo que ya no se oculta ante la opinión pública.
Al respecto de la situación el presidente del Supremo Consejo Islámico de Irak, Ammar Hakim, expresó su preocupación por la presencia de grupos armados terroristas en Siria y sus implicaciones sobre los países vecinos.
Hakim puntualizó que esas bandas irregulares trabajan para lograr los intereses de algunos países extranjeros.
Mientras tanto, según la televisora Rusia Today, Estados Unidos pactó con la red al-Qaeda el envío de más de cinco mil terroristas desde Yemen para aumentar la crisis en esta nación levantina.
Un dirigente del grupo terrorista en Yemen del sur, Tariq al-Fadhli, acordó este paso con Arabia Saudita y Washington con el fin de respaldar a los rebeldes y derrocar al presidente Bashar al Assad, indicó la televisora.
La información revelada por medios de prensa de la región señala que los mercenarios entrarán a través de Turquía y proceden de las ciudades sureñas yemeníes de Zanzibar y Jaar.
El diario estadounidense The New York Times describe a Al-Fadhli como uno de los terroristas más peligrosos del país.
Recientemente, el diario británico The Guardian reveló que los combatientes de al- Qaeda estaban al mando de los insurgentes sirios y les enseñaban cómo construir bombas, lo que tal vez sea un reflejo de varios atentados terroristas ocurridos en los últimos días en Damasco y sus alrededores.
Algo sobre lo que no hay un pronunciamiento oficial del gobierno sirio pero sí duras condenas desde el exterior, es la amenaza del llamado Ejército Libre Sirio de que a partir del 3 de septiembre empezará a derribar aviones comerciales con destino a los aeropuertos civiles de Damasco y Alepo.
Criterios de opositores alegan que esta iniciativa busca poner fin al supuesto suministro de equipos militares que, según afirman los rebeldes, llega a Siria desde Rusia, Irak, Irán y el Líbano.
Algunos expertos consideran que de consumarse el hecho, la llamada oposición siria perdería todo tipo de legitimidad, de la poca que tiene, dentro de la comunidad internacional, con lo cual conseguirían un efecto contrario a sus propósitos.
