Justo cuando una parte de la sociedad e instituciones involucradas con ella rechazaban la idea de que fueran aumentadas las penas impuestas a los menores, el jefe de la Policía Nacional, mayor general José Armando Polanco Gómez, favoreció la medida aprobada por la Cámara de Diputados y sugirió a los senadores acoger los cambios introducidos al nuevo proyecto de ley.
Si bien es cierto que el escenario muestra actos delictivos que desgarran e impresionan, como el caso del adolescente que mató a un hombre en medio de un incidente violento en Villa Mella u otros sucesos donde niñas y niños protagonizan crímenes tales, las medidas contra estos menores no parece ser la solución al problema, pues la verdad es que muchos menores resultan aprendices de delincuentes mayores.
El Cardenal Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez y otras voces del país han propuesto la modificación del Código del Menor para enfrentar situaciones tales. Sin embargo, como también ha apuntado el prelado, hay que ver quiénes están detrás de estas ejecuciones criminales.
Especialistas en el tema han dedicado estudios a la manera en que anda “coja” la Ley 136-03, o Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes en la sociedad dominicana, que si bien provee de un marco legal para la protección de sus derechos, aún adolece de aspectos requeridos para su cumplimiento.
La mayoría coincide en que esos crímenes se deben a las pérdidas de valores que hay en la sociedad, y señala a las autoridades como culpables, por las impugnaciones que se ven a diario.
Obviamente, el asunto es más complejo: familia y sociedad están dejando brechas profundas en la formación de estos seres, agudizado por la carencia de políticas estatales y mecanismos que incluyan a todos los factores implicados en el desarrollo de las futuras generaciones.
No se trata de modificar el Código y castigar a los pequeños sin piedad. Más allá, habría que sancionar muy fuerte a quienes tienen el poder, el dinero, las posibilidades y dejan al pairo a los que ahora deambulan por las calles, a la vista de todos y todas.