Un estado de orgullo y de vergüenza, hace ya algún tiempo escribí un artículo sobre la ridícula pensión que se le otorgara a mi tío Jorge Martínez Lavandier de $6,000.00 dominicanos. Para aclarar un poco los años de servicio prestado a la nación dominica por casi 35 años, y cuando decimos servicio en realidad nos referimos a que su entrega de servidor publico a la nación fue de servir y no de servirse.
Siendo muy joven fue nombrado fiscal del municipio del Seibo posición a la cual sirvió con decoro, luego, en más de 3 ocasiones fue director de Rentas Internas, y una dos ocasiones director de Aduana, director del Banco Agrícolas, director del Banco de Reserva, Superintendente de Bacos, entre otras funciones.
Al final de sus días pasa a ser huéspedes de un asilo de ancianos en Haina donde los recursos personales que incluían esta pensión de $6,000.00 no le alcanzaba ni para empezar y que como no fue al estado a servirse del él no tenía ningún patrimonio personal que exhibir como los flamantes funcionarios de hoy, lo cual garantizo nunca pasaran por la penosa situación de tío Jorge, de terminar sus días en un asilo de ancianos y sin recursos para costearse una digna partida de esta deshonrosa sociedad en la que nos hemos convertido. Con los recursos robado del pueblos podrán pagar unas cinco enfermeras privada y otros servidores en su propia mansión para que su partida al infierno le se elegante en esta tierra de pendejo que permiten que vándalos como estos se apoderen de los recursos de todos.
Recuerdo que un periodista del el periódico el nacional descubrió que tío Jorge estaba en ese asilo de ancianos de Haina visitando un pariente que también recibía servicio en este centro y se alarmo tanto al enterarse que ese señor desvalido andrajoso y mal nutrido era ese eminente funcionario que varias ocasiones había llenado de orgullo a la nación dominicana por su trayectoria de servidor público, para ese periodista del nacional el cual no recuerdo su nombre fue tal el impacto sufrido por la noticia revelada, que salió inmediatamente del lugar a escribir un artículo para evidenciar tal acontecimiento; provocando la indignación del pueblo dominicano y que provoco que el presidente de entonces el Ing. Hipólito Mejía, fuera en persona al asilo de anciano en Haina y en una rueda de prensa aumentara la pensión de ese excelente servidor público a $25,0000.00 para que pudiera de manera decente pagar los servicio del asilo y terminar sus días de manera honrosa. $ 25,000.00 que hoy día no son ni siquiera $ 1,000.00 dólares.
Por eso es que da rabia e impotencia ver como un funcionario como Haivanjoe Ng Cortiñas se agencia una pensión de $650,000.00 pesos en un madrugonzazo en combinación con todos esos bandidos que la aprobaron, esto significa casi $17,000.00 dólares tomando encuesta que la pensiones son un porcentaje del último año de salario devengado y tomando en cuenta que en Estado Unidos la secretaria de estado Hilary Clinton gana $ 22, 000.00 mensuales ejerciendo el cargo esto es una aberración. Pero para ser justo tenemos que hablar de la pensión del señor Matos Berrido que aparte de ser un aberración es hereditaria de casi 2 millones. Presidente Medina aquí esta una muestra de lo que nunca se ha hecho; no permita usted que esto sea un parámetro de los funcionarios de su gobierno que creen que el estado les pertenece.
Perfil de un funcionario
Por José Núñez Gruñón
El 16 de agosto del 2012, el Lic. Danilo Medina se juramenta como Presidente de la República, para iniciar, según sus palabras, un gobierno ético y decente, diferente a la administración Fernández.
Para realizar una administración pública honesta y decente se requiere que los funcionarios tengan un perfil de capacidad para el desempeño de sus funciones y que estén investidos de pulcritud, honestidad y honradez.
En ese sentido, describimos a continuación, el perfil de un funcionario público honesto:
Jorge Martínez Lavandier, fue por espacio de 35 años funcionario público y desempeñó en varias ocasiones los cargos de Director General de Aduanas y Director General de Rentas Internas; además fue Superintendente de Bancos, entre otras posiciones.
Murió a la edad de 82 años, sumido en la inopia.
Después de haber ocupado esas altas posiciones, fue a parar a un Hogar de Anciano, con una insignificante pensión de RD$6,000.00.
Hipólito Mejía, siendo Presidente de la República, lo visitó y le aumentó su pensión a RD$25,000.00.
Con relación a un artículo de Negro Veras, Jorge Martínez Lavandier le escribe y le dice que sus amigos lo acusan de pendejo por salir pobre, habiendo ocupado tan altos cargos públicos.
Una parte de la carta dice lo siguiente: “Con mezquina y triste razón me califican de “tonto”, muchos que hoy me ven afanando por ganarme mi pan. -Ello no me molesta, porque a cambio de ello recibo no a manos llenas, pero sí a corazón lleno, el reconocimiento sincero de los buenos de corazón que creen en mí y en mi humilde capacidad y experiencia.- Con ellos me basta y me sobra, pues me permiten no tener que involucrarme en la vorágine de la “mafia” (para usar el término de moda) económica que nos envuelve y nos ahoga a todos en el proceloso mar de la corrupción en que vivimos.
(Tomado de un artículo de Negro Veras, publicado en el periódico El Caribe, del 29 de octubre del 2011).
Nos cuenta Jacinto Gimbernard que hubo un empresario muy humanitario, pero discreto, que fue el protector económico de Jorge Martínez Lavandier en su vejez desvalida y enferma y que le dijo:
«Es que Jorgito fue un mal ejemplo para la sociedad». Era un hombre de talento, abogado, político creyente en la decencia… con 35 años al servicio del Estado, fue Director General de Aduanas, Director General de Rentas Internas, Administrador General del Banco Agrícola, Director de Recuperaciones e Inversiones del Banco Reservas…y así una vida en posiciones en las cuales…diría que todo el mundo se hace millonario. El se mantuvo percibiendo estrictamente su salario, que como sabes, es siempre escaso por estos países nuestros, donde la corrupción se da por descontada. ¿Cuál fue el mensaje, la enseñanza que involuntariamente dejó?: Que la honradez no paga. Que a esas altas posiciones se va a robar…a «hacerse». ¿No es eso un mal ejemplo para la sociedad?
(Jacinto Gimbernard Pellerano, El Caribe, 1 de octubre del 2004).
Este es el perfil de un funcionario honrado llamado Jorge Martínez Lavandier.
Es mi deseo, como ciudadano dominicano, que el Lic. Danilo Medina se agencie funcionarios de este calibre para que se adecente la administración pública.