La decisión para resolver el llamado déficit fiscal, que realmente es un déficit moral de una “economía blindada” como mintió el ex presidente Leonel Fernández, me recuerda a Karl Rolmer, quien meditabundo concibió que cuando la humanidad se olvide de Dios se “convertirá en una bestia ingeniosa”.
El desastre fiscal oculta la realidad del porqué de su azote. ¿Quién lo crea? Están ahí bien cómodos, esos que borran el Código Moral de su accionar desde hace más de 40 veranos, para solo llenar sus bolsillos, por supuesto ellos no son atacados en lo económico, sí en la mea culpa, aunque la abundancia los acomode, nada de carestía y continúan mintiendo al considerar al pueblo un estúpido cobarde.
El que corta la comunicación con Dios, vive en la materia, es el que actúa como un politicastro, le aprieta al pueblo para seguir con sus riquezas hijas de la violación a la Constitución y leyes.
Este inmoral atropello nos dice que ya basta, es el momento de una segunda Trinitaria y fundar el partido Duartiano. Todos nos conocemos, sabemos dónde trazar el rumbo de lo contrario seguirán empujándonos a lo más profundo del pozo de la pobreza. La indigencia.
Observando a mi bisnieto Thiago que se impulsa a dar los primeros pasos, lo veo que ya debe y pagará en impuestos el dinero que otros están disfrutando con el peculado. En mi interior me oía decirle al niño: yo soy culpable al dejarte esta mala herencia por cobarde indiferencia, me dejé abusar, me consideraron tarado e incapaz de ejercer el derecho natural de una vida digna. Tú leerás en lápidas del cementerio: el más grande millonario del peculado y el más grande robado. Esa es la vida que te entrego. Indigna. Que no la mereces.
Es evidente se quiere resolver la grave situación económica de manera injusta, exigiéndole a las víctimas pagar lo que otros se robaron. ¿Cuál es el espíritu de ese proyecto de ley? Seguro no permitirá realizar el buen deseo del discurso de disminuir la pobreza. No somos tan estúpidos para creerlo. Siguen corriendo las jeepetas, los barrilitos, viáticos, ONG, etc. Sueldos y pensiones que rompen el erario. Esa es su democracia y nuestra pobreza. Que nos impulsa reclamar al que cambia el amor de patria por la riqueza dolosa.
P. Zezinho nos dice: “todo individuo que sólo quiere derechos pero que no cumple con sus deberes naturalmente, es desequilibrado”.
No se puede tomar en serio al hombre que desea ganar por diez y trabajar por medio. Este individuo no se ama, no ama al prójimo y no ama a su país.
La tentación de hacerse rico sin trabajar ya llevó mucha gente al crimen y a la insensibilidad.
El hombre privado de sus derechos produce menos. Alienado en sus deberes produce mal y hasta se vuelve peligroso. Tenemos sentimientos y voluntad que tenemos los mismos derechos. Las piedras no reclaman. Por eso no evolucionan.
El gran ladrón es alguien que se convenció de que puede aprovechar lo que es del pueblo porque sus abogados son más expertos y más fuertes que los de sus acusadores. El serviola se pregunta ¿cuántos grandes ladrones tenemos más cada cuatro años?
“La buena política es el arte de cultivar la esperanza del pueblo y organizarlo, sin mentirle sobre las dificultades de la nación.
La mala política es el arte de mentir siempre y de jugar de Dios de cuando en cuando”.
Las canas enseñan que obligar al hombre a sufrir lo que no merece, lo convierte en violento, en desesperación, opta por las armas, detona en sí mismo un peligroso proceso de violencia y trata de cambiar el país por ese medio, que no es bueno, que nadie sabe cuándo se va a detener. La masa hambrienta, oprimida, es fuerza indetenible de reclamo violento, sangriento, caos, donde todos perdemos. Prefiero el sistema de Gandhi. Pensemos hay tiempo en quitar lo robado y evitar lo que está frente a las narices. La desesperación. Evitemos consecuencias funestas.
El pueblo cuestiona ¿porqué no se busca el dinero que está en el contrato que los legisladores no leyeron y aprobaron con la Barrick Gold? A esos le temen y con el pueblo abusan. Pierden el olfato, el dominicano conoce el camino de la dignidad trazado con Juan Pablo Duarte.
La responsabilidad paternal cuestiona. ¿Qué calidad de vida estás entregando a tus hijos, nietos y bisnietos? Esclavos deudores del fisco por el ejercicio de la moral hipócrita de los funcionarios jerárquicos que mintieron al no dar vida al juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y leyes.
Dominicanos: están creando una ola humana que perjudicará a todos. Hay tiempo, sólo ejercer el amor a la dignidad de vida. Ser justos.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
Meditabundo: Gobernar con la Doctrina Duartiana
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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