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Minerd olvidó asignar maestros…

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Las vicisitudes por la que atraviesan unos 300 estudiantes de la escuela Max Henríquez Ureña del sector La Unión, en Los Alcarrizos, resulta angustiante debido a que por la reconstrucción del plantel fueron trasladados a otro centro, pero al Ministerio de Educación se le olvidó asignarles profesores.
 
La escuela cuenta con 16 aulas y una matrícula de 1,145 alumnos en la tanda vespertina. Evidentemente, el espacio es muy reducido, por lo que fue necesario alquilar la estructura física del Colegio Carolina hasta que termine la remodelación, a fin de impedir que perdieran clases.
 
La noticia alegró a los aprendices, pero tras varias semanas sin profesores, regresaron a sus casas frustrados, pues con relación a sus compañeros están muy atrasados.
 
En ese sentido, el director del recinto escolar en el horario de la tarde, Mario Antonio Peralta Rosario, dijo que Educación le informó que estaban realizando un concurso para elegir a los profesores, que por más de 6 meses adoctrinarán a los alumnos ubicados en el colegio.
 
Las instalaciones de la escuela Max Henríquez Ureña integran dos pabellones, uno con 8 aulas para impartir docencia desde primero a octavo grado, y el otro funciona como liceo, en el cual 794 alumnos reciben docencia.
 
Ante esta situación, los profesores del plantel gestionaron con Educación la remodelación y construcción de nuevas aulas para mitigar la sobrepoblación estudiantil.
 
A la escuela concurren estudiantes de diferentes sectores de Los Alcarrizos como: Hato Nuevo, Villa Linda, La Esperanza, La Unión, Barrio Landia, Sávica, Invi, La Piña, entre otros.
 
Proyecto y Dificultades
 
El ingeniero Juan José Varga Pimentel, encargado de la obra del plantel, explicó que tiene programado realizar dos fases: una de reconstrucción y la otra de edificación de nuevos salones de clases.
 
Aclaró que ese proyecto es el resultado de un convenio entre Educación y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el cual pretenden construir 48 aulas a un costo de 25 millones de pesos en la provincia de Hato Mayor; pero, por la situación de la escuela fue necesario reestructurarlo y aplicarlo inmediatamente.
 
La primera fase consta de 9 aulas, un laboratorio de Informática, biblioteca, departamento de orientación, baños y oficinas administrativas. La ejecución del inmueble está a cargo de la constructora Rizek.
 
Otra problemática de la escuela la constituye la cantidad de adolescentes embarazadas, quienes continúan sus estudios, pero ya no encajan en el aula, porque automáticamente se convierten en “adultas”, aún sin serlo, y sus pensamientos y vocabularios no son los mismos.
 
“Resulta complicado mantener en un mismo lugar a una madre adolescente y a una niña, porque las conversaciones, los intereses y la visión de la vida no son iguales y lo más probable es que la de mayor experiencia influya en la otra, en muchos de los casos para mal”, expresó Carlos Almonte, director del liceo que funciona en la instalaciones de la escuela Max Henríquez Ureña.
 
Almonte comentó que en este ciclo escolar, figuran en el registro estudiantil tres niñas embarazadas, las cuales fueron aceptadas para impedir que sus estudios se vean truncados por su maternidad precoz.
 
El director de educación media declaró que lamentablemente los problemas sociales que hay en los hogares y en la sociedad repercuten en los centros educativos, a través de pleitos entre grupos de pandillas.
 
“En este plantel de vez en cuando hay peleas, debido a que personas de afuera vienen con el fin de ver algunas muchachas y eso molesta a los estudiantes. En otra ocasión visitan con la intención de ofertar algunas drogas, por lo que en esos casos llamamos a la policía o nos dirigimos a la supervisión del distrito escolar”, narra el maestro.
 
Politécnico
 
Dentro del perímetro escolar funciona una extensión de Infotep donde se ofrecen clases de Contabilidad, Finanzas, Mercadeo, Electricidad, Electrónica y otras áreas afines, en el horario de lunes a viernes, de 2:00 a 6:00 PM.
 
El programa tiene dos años funcionando y participan estudiantes de la escuela con el cual concluyen su técnico-profesional, así como jóvenes de la calle interesados en aprender un oficio.
 
Cada curso tiene una duración de 135 horas, por lo que garantiza un conocimiento profundo de la disciplina estudiada, además cuenta con 8 profesores altamente calificados y con grandes habilidades para enseñar.
 
Las enseñanzas del politécnico son coordinadas por el ingeniero Manuel de Jesús Ozuna, quien destacó que durante los dos años de servicios, más de mil jóvenes han obtenido su título como técnicos en diferentes áreas del saber.
 
En ese orden, la señora Dominga Medina, quien estaba de visita en el recinto escolar, dijo que su hijo de 21 años está trabajando gracias a un curso de electricidad que hizo en el politécnico.
 
Pese al percance provocado por la deficiencia de profesores, con la remodelación de la escuela Max Henrique Ureña y la inclusión de más aulas, tanto el sector como los estudiantes esperan que ese plantel se convierta en el faro que guíe a los jóvenes hacia un camino mejor, donde su meta final sea un futuro promisorio.

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