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Meditabundo: Cultura de la responsabilidad

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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¡Qué bueno! Así se administra, se respeta la ley, crea confianza, dignifica la vida. Fue la alegría al enterarme que el señor Alberto Holguín, director del Instituto Nacional de Agua Potable (Inapa), no aplica el solitario y corrupto, “grado a grado”. Sortea RD$82 millones en obras en las provincias San Juan de la Maguana y Elías Piña.
 
El deber cumplido es lo más importante en la responsabilidad. Disertaba el maestro fundador de la escuela Estoica, filósofo Zenón de Citio acerca del deber. Deber viene de Pflegen: cuidar. El significado de esta palabra es responder de algo. Estar al servicio de la vida: me ocupo de otra cosa. Acepto el desafío que me plantea lo que me incumbe y tiene que ser resuelto.
 
Ninguna sociedad puede sobrevivir si le falta esta actitud activa y prometedora del bien. Se llega a una situación feliz cuando el deber es amado como un bien. Esto tiene que ver con la plenitud humana.
 
Los hombres muy rectos tienen los sentimientos educados y esto les da mucha fuerza cuando toman decisiones. Cuando deciden arrastran sus sentimientos. Los sentimientos se mueven cuando se descubre en el deber su aspecto de belleza.
 
La acción del director de Inapa me detuvo y la memoria recuerda la semana en el país que viví la gran democracia. Taiwan. Donde leí de Tse: “Los habitantes de Tse consideran que un hombre virtuoso y un ministro ecuánime son más valiosos que todo el oro y piedras preciosas que puedan conseguir. Porque creen que la bondad y la justicia son los únicos bienes que merecen la pena”.
 
No pude saber que es el Tsin Tchi. Me puse meditabundo con este humanismo responsable: «los monarcas cuentan con una regla básica a la que deben aceptar todas sus acciones, respetarán esta regla cumpliendo sus obligaciones fielmente y con honestidad, y se alejarán de la misma si se muestran soberbios o utilizan la violencia.
 
Únicamente existe una forma de incrementar las rentas públicas de un reino: que muchos produzcan y pocos sean los que derrochen, que se trabaje con exceso y que se gaste moderadamente. Si todo el pueblo actúa de esta forma, los beneficios resultarán siempre los necesarios.
 
Cuando el príncipe es bondadoso y vive en la virtud, la totalidad de sus súbditos aman su justicia, si los súbditos aman la justicia, obedecerán todas las órdenes del príncipe. Esto supone que si el príncipe impone unos justos impuestos, el pueblo amante a la justicia lo pagará sin protestar”.
 
Cuando estudié la historia de la vida del doctor Sun Yat Sen y del generalísimo Chiang Kai Shek comprendí que fue la aplicación de los imperativos de la responsabilidad que los hizo responsables de sí mismos, de sus vidas, de los hombres y el bienestar de la vida de todos los taiwaneses.
 
Lo que los dominicanos necesitamos es que los gobernantes sean Duartianos, apliquen su doctrina con su Decálogo, que es el Código de Ética. Ética es responsabilidad.  Todos cumplirlo, enfrentar nuestra responsabilidad, somos los únicos responsables de una vida plena. Siempre responder por nosotros mismos para ser responsables de lo bueno y lo malo.
 
La lectura de los grandes pensadores griegos me hicieron entender por responsabilidad  el que el hombre sea competente para sus acciones y omisiones y para las tareas que ha asumido en la sociedad ¿Por qué no crear la cultura de la responsabilidad?
 
Nuestro invitado de hoy Jorge Luis Borges:   Nadie es patria todos los somos.
 
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.

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