Damasco.- La tradicional táctica de las bandas armadas que actúan en Siria de recurrir a los atentados terroristas llevó a las autoridades a extremar las medidas de seguridad en todo el país, en especial en la capital.
Una serie de bombas que sacudieron a Damasco y a otros ciudades del país, y que en muchas ocasiones algunos medios en el exterior no comentan y si lo hacen atribuyen los hechos al Gobierno, llevaron a las autoridades a tomar medidas que a veces dan la impresión que las poblaciones sirias están sitiadas.
Mientras el auto avanzaba por el Boulevard Shoukri al-Qouwatly, hacia el este, una enorme columna de humo gris se elevaba hacia el cielo, tal vez a unos 10 kilómetros hacia el noreste de la capital, quizás en Jobar, otra localidad de esa zona, marcando la línea hacia Bab Touma (Puerta de Santo Tomás), el barrio cristiano de Damasco.
Este domingo un coche explotó allí y mató a 13 personas y causó heridas a otras 29 y daños materiales de consideración en comercios y edificios de viviendas.
El sobresalto inicial de lo que pudiera estar ocurriendo en la lejanía, nos llevó al centro de la ciudad, por la plaza de la Gobernación, en cuyos alrededores se encuentran importantes ministerios, bancos, hoteles y oficinas de líneas áreas, entre otros.
Los accesos a lugares como el ministerio de Economía, el Banco Comercial de Siria, las oficina de la línea aérea siria, el hotel Cham Palace, entre otros, están resguardados por muros de concreto prefabricados y es notoria la presencia de agentes del orden abiertos y encubiertos.
Al comenzar el recorrido, fotografiando a la nube gris que a lo lejos indicaba que algo había ocurrido, agentes vestidos de civil y otros armados, se aproximaron requiriendo identificación, algo que forma parte de las medidas tomadas.
Mientras avanzamos por el área, evidentemente ya se sabía de la presencia de periodistas por la zona.
Para algunos pobladores entrevistados al paso lo que hace el gobierno «es algo necesario. Nos sentimos más seguros», según opinó un joven sirio empleado de una de las instituciones cercanas.
Volveremos más fuertes, dijo. Sin embargo, consideró, los atentados, las bombas, son el mayor peligro que tiene Damasco. Esto no va a durar mucho, porque sabemos que es un complot contra el país fraguado en el exterior, puntualizó.
Mientras caminábamos, algunos uniformados pedían amablemente a transeúntes por el área que se detuvieran para chequear bolsos, carteras y paquetes, siempre que atravesaban la línea marcada por un muro de concreto que hoy divide la plaza de la Gobernación y se extiende hasta la plaza de los Siete Mares o la siete Fuentes.
Una anciana declaró que nunca pensó que este ambiente llegara a Damasco, que son buenas medidas pero que ojalá todo termine pronto, un sentimiento que embarga a la mayoría de los sirios que quieren retornar al ambiente de paz que disfrutaba el país años atrás.
Otras personas se declararon a favor de las medidas adoptadas en previsión de que puedan ocurrir atentados terroristas.
Indicativo de estas es el cierre de una senda de una vía de doble circulación que desemboca en la plaza de los Siete Mares, donde al fondo de la rotonda se observa el Banco Central de Siria, cuyo frente se encuentra protegido por varias carros pipas de agua y muros de concreto.
Semanas atrás una agencia de prensa occidental informó de un potente atentado en la zona que causó muchos muertos, heridos y daños materiales cuantiosos, algo que hasta ahora nunca ocurrió.
De regreso hacia la plaza de la Gobernación, en pleno centro del área comercial de la capital, por la calle hacia la Asamblea del Pueblo o Parlamento, se observan también medidas de seguridad, aunque menos evidentes que las anteriores.
Para periodistas y fotógrafos tomar fotos es una odisea pues, en la mayoría de los casos, la presencia de uniformados no se hace esperar y hay dar explicaciones.
Pese a este ambiente, la gente no se recoge y mantiene su quehacer diario, aunque como admitió un empleado de oficinas, algunos tienen miedo, algo normal conociendo ya la táctica de las bandas armadas de recurrir a los atentados como el de la víspera en Bab Touma.