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Anticipan serán duras negociaciones entre los Yankees y Canó

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Las negociaciones de Robinson Canó con Brian Cashman y los Yankees no van a ser fáciles.
 
Si el gerente general de los Yankees de Nueva York, Brian Cashman, compitiera por la presidencia, tuviera un plan económico draconiano. Cortar gastos; reducir el derroche; balancear el presupuesto.
 
Por siempre, Cashman ha acreditado al fallecido George Steinbrenner por darle su oportunidad en las Grandes Ligas del béisbol, pero Cashman y El Jefe tenían una filosofía muy diferente a la hora de operar un equipo de pelota. Steinbrenner tuvo una mentalidad de comprador de vitrina, y quería lo mejor en exhibición: lo más brillante, lo más llamativo. Y como el dueño del equipo más rico del béisbol, en realidad no le importaba mucho el costo.
 
Cashman, por otro lado, ha votado repetidamente contra grandes gastos en su etapa como gerente general. Quiso mantener su posición con Bernie Williams en el otoño del 1998, hasta que Steinbrenner intervino para hacer el trato y aumentó la nómina de los Yankees de US$60 millones a US$87,5 millones en el lapso de unos 20 minutos.
 
Cashman encabezó la adquisición de Alex Rodríguez en el invierno del 2004, cuando los Vigilantes acordaron comerse alrededor del 35 por ciento de su salario, pero cuando Rodríguez optó por salirse del trato después de la temporada del 2007, Cashman aconsejó a sus jefes no volver a firmarlo porque creía que podían gastar US$275 millones más sabiamente.
 
Cashman fue el policía malo en las negociaciones sobre Derek Jeter, al argumentar que el equipo no debía pagarle al futuro integrante del Salón de la Fama mucho más allá de su valor de mercado — e invitó públicamente a Jeter a probar el mercado si no estaba satisfecho con la oferta de los Yankees.
 
Cashman ha creído siempre que los Yankees deben ser capaces de hacer más con más, y que es responsabilidad del departamento de operaciones de béisbol construir un equipo ganador con la mayor nómina de este deporte. Hal Steinbrenner ha dicho que quiere llevar la nómina de los Yankees en línea con el umbral del impuesto de lujo de US$189 millones, una visión que Cashman ha acogido por mucho tiempo.
 
Es por esto que las conversaciones de contrato de Robinson Canó pueden tener un resultado muy diferente al que nadie esperaba. Porque los Yankees son el equipo más rico, es lógico pensar que iban a llegar a un acuerdo con su mejor jugador, sin importar el costo.
 
Cano va a terminar cerca del primer lugar en la votación por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana la próxima semana, otra vez, después de batear .313 con 33 jonrones. Terminó segundo en WAR en las mayores, y es uno de los mejores jugadores defensivos de segunda base en el deporte. También está este detalle — Canó, como Miguel Cabrera, siempre juega; perdió un total de 12 partidos en las últimas seis temporadas.
 
Canó quiere ser pagado por todo eso el próximo otoño, cuando cumpla 31 años. Se ha hecho de los servicios de Scott Boras para que lo represente, y cuando Boras está involucrado, no hay descuento local. Probablemente va a pedir un contrato de diez años, un acuerdo que podría amenazar a Rodríguez como un referente en el deporte.
 
La comparación entre Rodríguez y Canó probablemente será parte de la discusión interna de los Yankees también. Si Cashman se aferra a su historia como un conservador económico, sus preguntas retóricas a los Steinbrenner y los demás en la sala serán: ¿Queremos pagar mega dólares a Canó por la segunda mitad de su carrera como lo hicimos con Rodríguez? ¿No vemos todos lo que es Rodríguez a los 37 años y en lo que sabemos que podría convertirse Canó?
 
Los Yankees ya se sienten perforados por los contratos que todavía tienen en sus libros: US$114 millones que se le deben a Rodríguez por los próximos cinco años; US$90 millones a Mark Teixeira por los próximos cuatro años; US$99 millones a CC Sabathia por las próximas cuatro temporadas, una cifra que puede incrementarse a US$119 millones si se acoge la opción de Sabathia para el 2017.
 
Siempre es posible que los Steinbrenner puedan intervenir, en nombre de su marca — la marca de su padre — y llegar a un acuerdo, como lo hicieron con Rodríguez, como lo hicieron con Williams, hace muchos años.
 
Pero es probable que Cashman esté dispuesto a trazar una línea sorprendentemente dura, en lo que parece serán negociaciones muy fuertes y polémicas con Cano. Boras le indicó a Joel Sherman que no espera que Cano firme en este invierno

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