Cádiz, España.- La XXII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno comenzará este viernes en esta sureña ciudad española, con la crisis económica en Europa como tema central y la ausencia de varios dignatarios latinoamericanos.
El encuentro de dos días estará marcado por la debacle financiera en el llamado Viejo Continente, que castiga con especial fuerza a España y Portugal, precisamente los dos miembros europeos de esta comunidad nacida hace poco más de dos décadas.
Desde la creación de estas cumbres, en 1991, las cosas cambiaron mucho: América Latina miraba entonces a sus socios de este lado del Atlántico como un ejemplo de integración y pujanza, roles que aparecen ahora invertidos con la primera más unida y en pleno auge económico.
El propio presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se encargará de exponer la situación de la zona euro durante sus contactos con los líderes de Latinoamérica, una región que ha logrado sortear la crisis en mejores condiciones que Europa.
Dos días después de afrontar la segunda huelga general en menos de un año, Rajoy pretende con esta cita revitalizar su protagonismo internacional y abrir con sus pares latinoamericanos una reflexión sobre los graves problemas que aquejan a la Eurozona.
La desesperanza de españoles y portugueses fue evidente el pasado miércoles, cuando en ambos países -Portugal vivió también una jornada de huelga- millones de personas salieron a las calles para protestar contra los duros recortes sociales y laborales aplicados por sus gobernantes.
Mientras en Europa prevalecen las recetas neoliberales que en la década del 90 llevaron a la ruina a las naciones latinoamericanas, la mayoría de estas últimas basaron su recuperación en el rescate del Estado como un actor relevante en la asignación de recursos.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, reconoció esta semana que si bien hace 10 años Europa crecía por encima de América Latina, ahora sucede lo contrario.
«Es el turno de que Latinoamérica ayude a España. Las oportunidades que se abren en este continente son muy importantes para los españoles y por eso hay que potenciar las exportaciones y la inversión», declaró el canciller a la estatal Televisión Española.
Explorar nuevas oportunidades de negocio e inversión en estos tiempos convulsos será, por tanto, uno de los principales objetivos de la cumbre en esta urbe andaluza, que tiene por lema Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz.
El título alude a la primera carta magna que tuvo España, y de cuya redacción, en 1812, participaron representantes de América Latina.
La cita de la capital gaditana aspira a dar un nuevo impulso a este foro, creado a iniciativa de España y México, y que ha ido perdiendo interés entre sus miembros, como refleja el alto nivel de ausencias registrado en algunas de sus últimas ediciones.
En Cádiz, los 22 mandatarios iberoamericanos abrirán un proceso de reflexión sobre la conveniencia de convertir en bienales las cumbres que desde 1991 vienen celebrando con periodicidad anual.
A este encuentro faltarán, por razones diversas, los presidentes de Guatemala, Cuba, Argentina, Uruguay, Venezuela y Paraguay.
