Presidente egipcio convoca diálogo para salvar abismo

El Cairo.- Envuelto en un apoyo mayoritario, pero confrontado con una oposición radicalizada, el presidente egipcio, Mohamed Morsi, convocó a discutir las diferencias antes de la fecha señalada para el referendo constitucional, el próximo día 15.

La convocatoria fue hecha anoche por el portavoz presidencial, Yasser Alí, quien declaró que el período transicional culminará con la proclamación de la carta magna y aseguró que el mandatario no abusará de sus recién asumidas facultades omnímodas, que recesarán tras las elecciones a la Asamblea Nacional.

Este fin de semana la crisis egipcia se profundizó después que la Alta Corte Constitucional (ACC) decretó un paro abierto tras posponer su veredicto sobre la legalidad de la Asamblea Constituyente y la Choura, la Cámara alta del parlamento, debido a presiones de partidarios del mandatario.

El movimiento incluye la negativa a supervisar el referendo constitucional, acorde con precisiones en un comunicado emitido la víspera.

La Asamblea Nacional, Cámara baja, fue disuelta en junio pasado por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, la junta castrense que gobernó este país desde la renuncia del

expresidente Hosni Myubarak, hasta el ascenso de Morsi a la primera magistratura.

Mientras, los centros de la pugna siguen intocados: la decisión de Morsi de dotarse de poderes excepcionales y el proyecto de constitución, impugnado por la oposición laica y las minorías que consideran al texto un esfuerzo por islamizar la sociedad egipcia y concentrar el poder en la Hermandad Musulmana.

En un punto maximalista se ubican los salafistas, que no se conforman con menos que la imposición de la charia, la ley islámica, como la fuente principal de jurisprudencia en este país.

La pugna ha subido de tono en las últimas horas, durante las cuales los opositores afirmaron que permanecerán acampados en la Plaza Tahrir, donde llevan casi una semana, y los partidarios inundaron las proximidades de la Universidad de El Cairo para manifestar su apoyo.

En este punto resulta imposible predecir siquiera cómo saldrá este país de la crisis, durante la cual han menudeado los choques entre manifestantes y la policía, y los actos de vandalismo contra instalaciones de la Hermandad Musulmana y su brazo electoral, el Partido Libertad y Justicia.

Estadísticas dispersas reflejan que cuatro manifestantes han muerto y más de 160 resultaron heridos en los choques, durante los cuales las autoridades han mostrado contención, a todas luces para evitar complicaciones mayores.

La pregunta es si el Gobierno puede permitirse que la crisis se prolongue hasta el referendo constitucional, del que espera un apoyo mayoritario, el cual, tampoco, garantiza tranquilidad, cuenta habida la agria oposición de un segmento de la población de todas las confesiones adversos a la hegemonía política de los islamistas.

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