Sin pesimismos, ni nada que se le parezca; pero 2013 apunta ser un año en el cual habrá que apretarse fuerte los cinturones. Ni siquiera se ha puesto en vigor la reforma fiscal y ya se sienten los avatares, no sólo en la canasta familiar, que es mucho decir; sino, en cada detalle de la vida cotidiana: hablemos de lo esencial en lo relacionado con los servicios básicos de la sociedad.
Lamentablemente, la ápoca navideña ha sido relacionada con el ejercicio extremo del consumo y en estas fechas se gasta más de lo necesario, por lo que mantener distancia y pensar en algo de ahorro sería el primer paso para no comenzar un nuevo año con carencias excesivas.
Pensemos, además, en posibles despidos producto de los impuestos aplicados a las empresas. Ni hablar de lo que puede suceder con instituciones del Estado y el recorte de sus presupuestos, como consecuencia de la “austeridad”, que en este caso afectaría las ayudas sociales, gracias a las cuales muchas familias dominicanas sobreviven.
Reiteramos que no tratan estas líneas de alarmar, ni mucho menos apesadumbrar a una sociedad que merece recibir 2013 con sonrisas, felicitaciones y la gloria de vivir un año más, en el cual también habrá ese sentimiento de esperanza y fe por un provenir mejor: ¡lo merecemos!
Lo que nos espera
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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