Cuando el senador Amable Aristy Castro se aleja del cómodo honorable curul que dignifica como miembro de un poder del Estado y camina al cercano asiento de asuntos administrativos, económicos en la Liga Municipal Dominicana, surgen cuestionamientos ciudadanos y respuestas todas alejadas de la pulcra razón.
Estos pasos nos recuerdan al emperador Napoleón Bonaparte en el trono de las Tullerías. En una audiencia el capitán de artillería Moreau. El capitán le dice: mi general como ya destruimos todos los cañones enemigos y los nuestros están engrasados, le solicito me envíe a una compañía del ejército que va para Italia. El emperador lo mira como si fuera un extraño, el capitán era su preferido jefe de las piezas de artillería situadas a su derecha durante los combates y le había bautizado un hijo. Napoleón mira a su lado y le dice al mariscal Desseaux: cuando a usted le hagan una solicitud mediante la cual se antepongan los intereses personales a los del servicio, dígale que no. Sí lo concede, alimenta la corrupción. Enciérrelo.
Napoleón sabía que ser comandante de una compañía, lo principal es administrar el dinero para el avituallamiento de todo lo necesario para los soldados.
Amable Aristy en un informe de la Cámara de Cuentas, tiene (irregularidades) por millones de pesos. El informe había sido engavetado por el doctor Hotoniel Bonilla, director del Departamento Contra la Corrupción Administrativa (DPCA). El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, da vida al informe y solicita prisión preventiva. El juez de la Suprema Corte de Justicia, Alejandro Moscoso Segarra, niega la solicitud. El procurador Domínguez Brito expresa que de acuerdo a la ley el peligro de fuga existe debido a un gran desfalco contra el Estado Dominicano, de acuerdo al artículo 227 del Código Procesal Penal. El ciudadano se pregunta. ¿Qué decidirá el juez ante la insistencia del procurador?
Los nombres no se borran, los hechos vandálicos se perpetúan para la historia de los políticos más corruptos y mayores millonarios de los cementerios. El selvático no puede concebir los misterios de la vida y nos cuestionamos. ¿Son capaces de encontrar la felicidad mediante una búsqueda personal que les aporte la paz interior?
¡oh Dios! Si no se conocen a sí mismo. Perdón por la interrogante, quien no conoce el valor del silencio meditabundo y encontrar su otro yo, solo conoce el mundo material de lo exterior.
Nos permitimos presentar a Mucio Scaevola conversando con el gran corrupto de Roma Marco Craso: “Observo con atención la rápida decadencia de mí país. ¿Quién podrás detenerla? ¿Quién podrás restaurar la República y sus virtudes? Nadie. Cuando una nación se vuelve corrompida y cínica y prefiere el gobierno de los hombres al de las leyes, va camino de su propia destrucción. Así lo enseña la historia. El hombre nunca aprende las lecciones de la historia y sigue el mismo camino hasta la muerte. Eso se debe a que es malo por naturaleza. ¿Quién recibe los votos del pueblo, el hombre virtuoso o el corrompido que les promete todo? Ni que decir tiene, el hombre corrompido. Y que importa que el hombre corrompido no cumpla sus promesas, al pueblo no le importa ni cuida de recordárselo. Le basta que sea corrompido.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
Meditabundo: De lo honorable a lo corrupto
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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