El Ministerio de Educación dispuso instalar el busto de uno de los Padres de la Patria, Juan Pablo Duarte, en sus instalaciones y la noticia, ofrecida por el viceministro de la cartera, Luis de León, pone un toque real para lo que debe ser una práctica continua de los hijos e hijas de esta nación: honrar su historia y a quienes la han construido, paso a paso, con sangre y sacrificios.
Nos acompañan día a día historias de luchas imperecederas y revoluciones libradas hasta con piedras y palos; sobre todo con ese valor que acompañó a quienes legaron esta libertad y constitucionalidad, interrumpida por golpes de Estado, que de igual manera fueron enfrentados por hombres y mujeres de esta tierra, que hoy enaltecen el altar de la patria.
Para que siga brillando la conciencia nacional; para no resquebrajar la certeza de defender la soberanía nacional y, en definitiva, para tener el valor de convertir otras batallas amarillas y negras en triunfos de una sociedad que merece el logro de sus reivindicaciones todas, lo esencial es pensar que lo que fue está en lo que es (parafraseando al Maestro) y teniendo en cuenta que nunca podrán morir la historia y sus héroes, porque de muchas maneras también moriríamos.
Sería propicio multiplicar esta iniciativa y colocar el busto de Duarte en cada centro educacional, lo cual significaría que niñas y niños interioricen, desde su más temprana visión patriótica, al héroe que aseguró un día que: “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin Honor”.
Por Duarte y la historia
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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