Con el propósito de ofrecer un servicio humanizado y de calidad, donde el paciente reciba asistencia personalizada y gratuita, el cardiólogo César Jesurum asumió la dirección del Hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), convencido de que logrará su objetivo, pese a las dificultades encontradas en el camino, como es la escasez de camas que registra el centro de salud, que solo cuenta con 243, para una población que asciende los 180 mil anuales.
En ese sentido, Jesurum explica que en un día cualquiera se atienden 635 enfermos, como sucedió recientemente, de los cuales 435 fueron a emergencias y si se promedian los casos de urgencias en 400, se tendrían al mes 15 mil visitas y al año 180 mil, solo en esa área. Por lo que el congestionamiento del hospital impide brindar un servicio efectivo.
En cuanto a la situación actual del Morgan, el galeno confía en que con el anuncio del presidente Danilo Medina de demoler la estructura existente y reconstruir otra más amplia que cuente con equipos nuevos y tecnología de punta, las precariedades que se enfrentan, serán cosa del pasado. No obstante, aclara que están trabajando con mucho amor y sacrificio.
“Con la esperada obra se mejorarán los servicios de medicina interna, pediatría, ginecobstetricia y cirugía. Asimismo, continuará la capacitación de 246 jóvenes que se entrenan en diferentes áreas del saber médico, todo esto para satisfacer las necesidades existentes”, detalla el experto.
Con apenas tres meses en el cargo, el profesional de la salud comenta que el índice de defunciones en el centro se redujo en un 38% con relación a trimestres anteriores.
Asimismo, los fallecimientos perinatales registraron una baja de un 48% en similar periodo de los tres cuatrimestres pasados; mientras que las estadísticas de muertes maternas se mantuvieron igual.
Negligencia y prevención
Al preguntarle sobre el lugar que ocupa la República Dominicana en muertes por negligencia médica, César Jesurum considera que es necesario explicar el término, el cual indica variables, como falta de conocimiento y dejadez de quien realiza el trabajo: “Por lo que ningún doctor con vocación caería en eso, ya que va en contra de sus principios.
“Lo seres humanos deben entender que los pacientes se complican y eso no es negligencia, sino parte de una enfermedad, la cual se compone de síntomas, epidemiología, diagnóstico y dificultades”, explica”.
Agrega que alguien con presión alta tiene 4 complicaciones: Primero, accidente cerebro vascular; segundo, infarto agudo al miocardio; tercero y cuarto, insuficiencia cardiaca y renal.
“Si por cualquier circunstancia la persona se descuida en el tratamiento, ocurre uno de esos inconvenientes y no hay pruebas científicas que puedan constatar que sufrió un derrame cerebral por negligencia”, detalla el especialista, quien aconseja hacer ejercicios, evitar comidas rápidas, controlar el peso corporal, la sal; suprimir el tabaco y la ingesta de bebidas energizantes, a fin de no sufrir de hipertensión arterial.
Resalta, además, que alrededor del 32% de la población mayor de 35 años padece de hipertensión, lo cual tiene dos causas: una conocida, que representa el 8% y otra desconocida el 92%: “Si vemos un grupo de 10 individuos, podemos incriminar que 3 de ellos sufren de presión alta y las causas todavía se desconocen”.
El galeno, quien inicia su día a la 6 de la mañana, dice que después de hacer ejercicios se dirige al Morgan, y antes de entrar le pide a Dios que le ayude a resolver los problemas que encuentre en su trabajo, el cual califica de arduo, pero hecho con cariño, sin tener en cuenta el origen, ni la situación económica de quienes llegan en busca de un servicio de salud.
Quizás este don de servicio nace de la pasión por la medicina que-confiesa-, tuvo su origen cuando era niño y aprendió del comportamiento de quienes entonces la practicaban con gran entrega:
“Siempre tenemos pendientes los consejos de Esculapio y tratamos de actuar con humildad y calor humano, porque son componentes principales del acto de sanación”, afirma el director del Hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan).
Nota al final
Esta entrevista tuvo lugar uno de esos días, de los tantos en que el doctor César Jesurum realizaba su rutina de trabajo, que integra, además de este cargo de dirección, su labor de 25 años en el Instituto de Cardiología, donde atiende entre 15 y 20 pacientes cada tarde y regresa a su casa casi a las 9 de la noche: “Agotado, pero nutrido con las muestras de cariño de mis pacientes de allá y de este hospital que ahora dirijo”.
Ante precariedades pasión y humanismo en Morgan
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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