Probablemente usted habrá escuchado el refrán “Para ver ciertas cosas solo hay que estar vivo” que solían decir nuestras abuelas, cuando notaban a una de sus nietas “salirse del cascaron” que es lo mismo que ennoviarse antes de tiempo.
Pero les juro que si mi bisabuela viviera, del coraje volvería a morirse. Y es que lo que está pasando en el mundo no es para menos. A hora a lo malo lo llaman bueno y a lo bueno lo llaman desfasado, fuera de moda o hay quienes lo llaman “Concertación o conceptualización” términos muy usados en los últimos años.
Quienes me conocen, saben que no soy “tan vieja” o digamos “tan entrada en edad”. Pero con casi 20 años en el ejercicio de la comunicación, me niego a ver y creer los últimos acontecimientos en el mundo o ambiente político.
Ayer vi con ojos de asombro, mente y corazón incrédulos lo que pasaba en Chile. Leí y releí (unas tres y cuatro veces) titulares en los periódicos y medios electrónicos, que tuve que hacer un gran esfuerzo para asegurarme a mi misma que no estaba loca, y que lo que estaba leyendo era sin dudas la nueva realidad mundial.
“El mandatario cubano, Raúl Castro, asumió ayer en Santiago de Chile la presidencia de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC)” Este fue el “Lid” de muchas de las informaciones en los medios de comunicaciones en el día de ayer.
El CELAC es el único organismo que reúne a los países latinoamericanos sin la presencia de una potencia extrarregional y que tiene entre sus objetivos oficiales el de promover la democracia. Lo que me parece increíble que hoy este dirigido por un gobernante antidemocrático como lo es Castro.
Raúl Castro afirmó que se compromete a “trabajar a favor de la paz, la justicia, el desarrollo y entendimiento entre todos nuestros pueblos”. “Actuaremos con total apego al derecho internacional, a la Carta de las Naciones Unidas y los principios fundamentales que rigen el desarrollo de las relaciones entre las naciones”, indicó el primer mandatario cubano que en 2014 liderará el segundo encuentro de CELAC en La Habana.
Mi pregunta es, Cómo podrá un dictador que tiene miles de personas presas en su país, por el simple hecho de no coincidir en conceptos políticos, dirigir una entidad que supuestamente persigue mantener la “democracia” en la región? Pero peor aún, hay en Cuba personas que están presas por algo tan simple como querer salir de su país.
Y como si todo esto fuera poco, el ahora presidente de la CELAC con el apoyo de 33 países miembros, no permite que los ciudadanos de su país se expresen libremente sobre cualquier tema que deseen, tampoco hay uso libre de internet, ni funciona otro partido político que no sea el gobernante.
A mi entender aquí el malo no es Castro ni Cuba, porque sería como decir que “la fiebre está en la sabana y no en el paciente” Lo que en realidad nos debe mover a preocupación es que tantas naciones hayan aceptado este personaje como presidente de esa entidad. De Venezuela no se puede hablar pues es su principal socio en la región, tampoco de Bolivia, ya que su presidente Evo Morales solo espera una mínima oportunidad para darle el zarpazo de gracia a su país, de Ecuador, bueno es casi lo mismo, una mínima libertad y Rafael Correa lo convertiría en la próxima dictadura.
Lo que en realidad me sorprendió fue que naciones como la República Dominicana, Chile, México, Colombia y otras tantas a quienes la democracia les ha costado mucho dolor y sangre sean participes de este bochorno.
A lo largo de mi carrera me he caracterizado siempre por el respeto a los demás y de repente muchos verán este artículo de opinión como algo diferente, pero no voy a pedir disculpas, por solidaridad con tantos periodistas cubanos venezolanos y argentinos que en varios casos han sido privados de su libertad solo por expresarse respetuosamente, incluso esos dictadores (porque ya no solo es Cuba y Venezuela) han cerrado medios de comunicación y apresado a todo su personal. Sin embargo, eso no ha sido lo peor, hay comunicadores desaparecidos que todavía sus familiares los están buscando y otros se han visto precisados a salir huyendo para salvar sus vidas.
Yo tengo mi propia historia que contar y no es exactamente lo que ha provocado este artículo. Hacen más o menos 13 años yo visitaba a Cuba por tercera vez, en esa ocasión lo hacía como parte de una delegación oficial de mi patria y a la vez como directora de una revista que circulaba a nivel nacional.
Para entonces como es normal como periodista no me conforme con los “paseos” oficiales que nos dieron como visitantes y me fui más allá, tome un autobús de los que llaman “Camello” y recorrí la Habana haciéndome pasar como oriunda de “Santiago” y pude ver un poco de la realidad del cubano normal. Cuando me tocó participar con las autoridades en una reunión “oficial” pregunté, cuál es la razón de la existencia de los llamados CDR en cada esquina de la ciudad? Y agregué “da la impresión de que Cuba siempre está en guerra y al menos yo no veo con quién”. En ese momento la respuesta de Raúl Castro fue retórica como era de esperarse, se limito a decir “nosotros tenemos el enemigo a 90 millas” pero la respuesta real del régimen catrista nunca la olvidare.
Desde ese momento a mi me siguieron dos militares y estuvieron a mi lado casi todo el tiempo, tanto que el Gobierno de mi país debió intervenir para que yo pudiese salir de la isla sin mayores problemas, más que el dejar todo el material que había grabado (al menos todo lo que no pude darle a otras personas para que me lo pasaran).
Nunca podré estar acorde con dictaduras, no importa en dónde estén, ni cómo se llamen quienes la ejerzan. Creo que todos tenemos derecho a decir cuándo no estamos conformes con algo, sea lo que sea. Y no estoy preparada para ver a los Castro dirigir un organismo internacional, porque eso quiere decir que estamos retrocediendo, mientras en Cuba no exista ni siquiera libertad de expresión.
¡Hay que estar preparado para ver de todo!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Story
Page