“Juventud, divino tesoro”, pero no en RD

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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El Día Nacional de la Juventud encuentra a los jóvenes dominicanos sumergidos en grandes desafíos y faltas de oportunidades, que les permitan desarrollar sus conocimientos y asegurarse un futuro promisorio, donde puedan ser entes útiles a la sociedad.
 
Las pocas facilidades de miles de ellos para insertarse en el mercado laboral, engrosa cada día más la tasa de desempleo del país, sumiendo en la miseria a tantos talentos productivos, que permanecen ocultos por las limitadas alternativas que se les ofrecen.
 
Asimismo, esa generación está condenada a vencer ciertos desafíos, para lo cual no cuenta con un patrón firme a seguir, puesto que los responsables de predicar con el ejemplo están enviando el mensaje equivocado, a sabiendas del mal que causan.
 
En tal sentido, la joven Dolores García, licenciada en Contabilidad y residente en el barrio el Almirante, Santo Domingo Este, expresa que lleva más de tres años buscando empleo y depositando currículum en las empresas del Distrito Nacional. Sin embargo, todavía no ha recibido una respuesta positiva, por lo que muchas veces se pregunta para qué estudió, si no tiene dónde aplicar lo aprendido.
 
Esta historia se repite en cada uno de los sectores del país, en los cuales gran cantidad de jóvenes profesionales no han tenido la experiencia de su primer trabajo y se ven obligados a seguir siendo mantenidos por sus parientes.
 
“A mí me da vergüenza que después de 6 años de estudios en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y de pasar todas las precariedades propias de un estudiante no pueda ayudar a mis padres, que con tanto esfuerzo me permitieron terminar la carrera”, manifiesta María Grullón, licenciada en Administración de Empresas.
 
De igual opinión es Joel Tejeda, habitante del sector Cristo Rey, del Distrito Nacional y quien tras 4 años de recibir su título como profesional de Informática, no ha podido conseguir una ocupación. Narra que a veces trata de motivar a los muchachos de su comunidad para que estudien y ellos le contestan es: “Y para qué, porque tú sigues igual”, palabras que le duelen muchísimo, ya que es la verdad.
 
Además de esta problemática, otra situación a la cual se enfrentan los jóvenes dominicanos es a no repetir el paradigma de conducta que cada segundo reciben de las autoridades y las personas influyentes del país.
 
“Aquí tú ves cualquier funcionario o líder y cuando profundizas te das cuenta que su riqueza tiene origen en la corrupción o en el lavado de dinero, producto de actividades ilícitas como el narcotráfico”, expuso un joven, el cual no quiso ser identificado.
 
“En este país te ponen en una encrucijada, no dan trabajo, ni oportunidades para crecer y luego te matan por ser delincuente. Se olvidan que todo eso es producto de la negligencia a la cual está sometida la población juvenil”, corroboró Alex Gil, del sector La Cañita, en la capital.
 
Contrario a los propósitos de San Juan Bosco, quien que se dedicó por completo a rescatar a los jóvenes de las calles y delincuentes de la Italia del Siglo XIX, en República Dominicana esta población es marginada y abandonada a su suerte.
 
Pese a que los 31 de enero de cada año se celebra el Día de la Juventud, al parecer lo que antes fue un divino tesoro, hoy no se le da ese valor, porque negarle la posibilidad de crecer a un ser humano, con toda la fuerza productiva para hacerlo, es desperdiciar el mejor capital de una nación.
 
No obstante, es propicio aprovechar la ocasión para hacer un llamado a las autoridades dominicanas, a fin de ser un ejemplo para los jóvenes, dentro de una sociedad donde prevalezcan los valores, las ideas, visiones y perspectivas de transformar el país, en una nación en la que los pensamientos positivos y creativos sean el timón del progreso.
 
Finalmente, no se puede ignorar que la juventud es una etapa donde el dinamismo, la energía y el colorido son los principales elementos que dominan, necesarios para poder avanzar. ¡Feliz Día Nacional de la Juventud!