La decisión asumida por la facción que lidera el expresidente Hipólito Mejía en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de suspender la reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), convocada para este domingo, tal y como sugirió el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, significa, sin duda alguna, un paso de avance para subsanar la crisis que afecta a esa organización política.
Al fin se respiran otros aires, que distan de aquellos que soplaron días atrás, cuando hubo manifestaciones que dejaron mucho que desear, no solo en el enfrentamiento de las dos figuras encontradas: Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado, sino en el desagradable acto “de las sillas”, como se denominó popularmente al bochornoso encuentro sostenido por militantes perredeístas recientemente.
Hay que reconocer como positivo, también, que Mejía invite al presidente del partido, Vargas Maldonado, a dar pasos en la dirección del diálogo, aunque muchos se preguntan satíricamente ¿en qué sillas se sentarán los líderes del partido blanco?
Figuras relevantes como el arzobispo de Santo Domingo, cardenal Nicolás López Rodríguez, el mediador Agripino Núñez Collado y organizaciones de la sociedad civil han intervenido en la disputa y tal parece indicar que han tomado fuerzas las ideas conciliatorias.
Ojalá Mejía y Vargas Maldonado, tras deponer sus actitudes hostiles, demuestren a una sociedad cansada de tantos pleitos, que lo que en verdad preocupa es el futuro de la nación y no los problemas o intereses personales.
¡Buena señal!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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