La educación de esta generación debe estar basada en tres componentes y un complemento:
1- Un guía con verdadera vocación por la enseñanza de la tolerancia, de la paz y la ciencia.
2- Reconocer que la adquisición de conocimientos es una actividad absolutamente individual y que en la actualidad la mejor forma para obtenerlos es en la RED.
3- Comprender y trabajar sobre la base de que los estudiantes van a la escuela, básicamente, para aprender como socializar, para aprender como convivir con la entera naturaleza y para aprender a amar y dejarse amar. Y en ese su gran mundo de socialización encontrar su vocación, lo que van a hacer con su vida, la ocupación que le darán a su alma, el empleo que le darán a su fuerza.
El gran complemento es que, tal como lo estableció Jesús en aquel tiempo, doce discípulos son bastante. No hay forma como un guía, un gran guía puede tener y mantener en un ambiente sano a más de doce estudiantes. Cuando se trata de la educación inicial, cualquier aula que tenga más de seis chiquillos es incontrolable y un abuso emocional para cualquier ser humano.
Debido a la explosión de la RED, exigirles a los profesores que puedan competir con ese mundo es una verdadera utopía. Por esa razón es dejado de llamarle profesores, pues ya no tienen nada que enseñar y, le llamo Guía, seres que deben estar totalmente borrachos con la vocación para iluminar el sendero de los estudiantes mientras se mueven en el mundo de aprender a socializar y adquirir conocimientos para ganarse, con el sudor de su cerebro, el alimento de su estómago y la diversión para su espíritu.
Basado en eso tres elementos y el complemento, si la Administración Medina quiera hacer una auténtica revolución en el mundo educación, debe dedicarse a construir escuelas pequeñas, diseñadas para adaptarse rápidamente a los cambios, con energía solar y totalmente equipadas con la más moderna tecnología.
Mejorar, sustancialmente el salario de los Guías es una cosa que no debe discutirse, no es posible el tener paz estomacal con los actuales ingresos, pero mejorarle el salario a un Guía sin vocación para iluminar es un verdadero y autentico daño a todo el sistema.
Cuando en Quisqueya se impuso el actual modelo económico –Turismo-Zonas Francas-Financiero-, le expliqué los dirigentes sindicales que su lucha por mejores salarios todo cuanto traería sería una disminución de los niveles de vida, pues el modelo sustenta la disminución de los costos en un incremento de la tasa del dólar. No me opongo a que el salario se pague en pesos, pero para que el modelo no acabe con los niveles de vida, deba fijarse en dólares.
Así, el salario de un Guía puede ser el equivalente a 750 dólares. Cuando la tasa de cambio se mueva hacia arriba, el salario aumentara automáticamente. Pero ese sentido común, tan sencillo, tan necesario, no lo han podido tener nuestros sindicalistas.