Las huelgas de profesores y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), superan con creces las manifestaciones, otrora reservadas para los estudiantes, quienes hacían uso de ellas ante cualquier eventualidad para sus protestas.
¿Dónde están los compromisos individuales y colectivos de cada una de las partes que influye en el correcto funcionamiento de la Universidad Primada de América?
¿Qué sucede con los sectores que inciden en el funcionamiento de ese centro de altos estudios, quienes actúan arbitrariamente sin prever que el futuro debe consolidarse en el presente?
En las aulas, los profesores- como han declarado estudiantes-, firman entradas y salidas, pero no imparten la docencia.
En el caso de los administrativos, que debían propiciar la continuidad del desarrollo científico, tecnológico y de formación profesional y académica, han soslayado esta responsabilidad, aun cuando otras universidades en el país emplean las más modernas técnicas en tal sentido.
Compras de libros obligatorias, denunciadas también por alumnos y alumnas, que manifiestan la incapacidad de éstos para completar su desarrollo profesional. Desórdenes que afectan el funcionamiento interno y la visión de actuaciones anárquicas, de las cuales no fluyen soluciones…
Se impone la necesidad de un saneamiento interno y la aplicación de medidas que consoliden una disciplina acorde a como debe funcionar la UASD, o perderíamos al principal y más antiguo centro, de cuyas aulas han emergido científicos, intelectuales y grandes figuras políticas del país.
