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Meditabundo: El mural de la entrega del oro

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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En el cuaderno de bitácoras tengo escrito que en la edad de la oxidación la navegación servía de singladuras en un mar en calma, brisa acariciante, gaviotas danzantes en su picada de alimentación y sin de serviolas vigilantes contra las pistas citadinas que merodean, asaltan y asesinan.

Realmente estoy en un mar borrascoso de personalidades del que nada ama, vende patria, leyes y firman contratos que levantan alas devastadoras que destruyen la foresta, arruinan cuentas hidrográficas y enriquecen al contratista.

Solté el bolígrafo, reí de mi mismo, había olvidado la anécdota de los siete sabios griegos que se reunieron el Delfos, al lado del Oráculo de Apolo. El más anciano de los sacerdotes les solicitó que cada uno dejase grabada una máxima en las paredes del templo. Todos accedieron.

Bias de Priene, expresó no sentirse dispuesto. Los demás insisten y les dijo “Amigos míos, escúchenme: es mejor para todos si no escribo nada.” Con más énfasis reclaman al más sabio de todos. Bias los mira, cincel a mano graba: LA MAYORÍA DE LOS HOMBRES ES MALA.

Discurrieron sobre el contrato de la Barrick Gold, es raro que a los únicos que saben conceptualizar algo les nubló la razón y entregaron el oro de los dominicanos sin concebir qué sucedería con lo ocurrido. Dicen que no lo leyeron, que bajaron una línea de poder frena poder.

Las horas son decisivas, es la dignidad de la patria de los dominicanos, la soberanía está pendiente de lo que sucederá con la Barrick Gold. Esta experiencia tiene sus actores. Si las estatuas, bustos, himnos, parques, avenidas, etc., nos mantienen vivos los grandes dominicanos. Para que no se olviden debe erigirse el mural de los que no cumplieron con el sagrado deber de amar la patria y la entregaron. Que se muestren sus rostros para tenerlos presentes y evitar repetir la traición. Merecen el estado de repudio cívico. En la Roma Antigua: la muerte cívica.

Alemania exhibe al mundo que es irrepetible el comportamiento de concentración nazi auschwitz de la Segunda Guerra Mundial. Hoy es un museo donde se palpan las atrocidades, barbaries increíbles. La finalidad es estar avergonzado de esa generación y no más asesinatos.

Dominicanos, la historia tiene sus enseñanzas. Sabemos que el amenazador tiene fuertes tentáculos, pero, esa es su principal debilidad. Gandhi lo demostró y continuó su prédica libertadora: “En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”.

A los que entregaron el oro. Esquilo: “La mayor parte de los hombres falseando la verdad, quieren aparentar ser mejores”. Si el poder político dominicano estuviera cimentado en la doctrina duartiana, de seguro, acciones vergonzosas, anti patria no saquearon, entregaron los bienes del pueblo. Comprendan los valiosos actos del señor presidente, lic. Danilo Medina.

Es deber de todos los dominicanos unirnos a sus decisiones honrosas, de patria sana, libre y respetada. Así lo predicó Juan Pablo Duarte.

El que ama su patria tiene la resistencia de la dignidad con espíritu invencible, es lo que mantiene al hombre de pie, rostro al sol, atento, erguido, en lugar de arrastrarse o andar a cuatro patas. La patria exige y tiene la fuerza de la necesidad honrosa, inmutable, invencible. Lo justo debe ser y será. Es ley de Dios.
 
+ El escritor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra

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