Las enfermedades neurodegenerativas y las lesiones del sistema nervioso son dos de los males que más están creciendo en el siglo XXI.
Algunos expertos advierten que los accidentes cerebrovasculares (ACV) ya adquirieron proporciones epidémicas y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son la principal causa de discapacidad en países desarrollados.
Ante este panorama, son muchos los científicos abocados a encontrar una cura. Sin embargo, entender los mecanismos de las enfermedades neurológicas no es fácil ya que los expertos tienen capacidad limitada de acceder al cerebro humano mientras está en funcionamiento.
Por eso, la mayoría intenta entender este comportamiento con ayuda de otro pequeño mamífero con cerebro similar: el ratón.
Pero un grupo creciente de expertos está proponiendo una alternativa más original: estudiar el cerebro de los peces.
Uno de ellos es el argentino Matías Pandolfi, director del Laboratorio de Neuroendocrinología y Comportamiento del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Pandolfi dijo a BBC Mundo que el cerebro de los peces tiene algunas características especialmente útiles para quienes estudian las lesiones y enfermedades neurológicas.
Una de ellas es que mientras el cerebro de mamíferos, como ratones, sólo puede ser estudiado de a porciones, el cerebro de un pez puede ser retirado de forma completa de la cabeza y estudiado por hasta 24 horas, antes de que mueran los tejidos.
«El pez tiene una muerte celular mucho más lenta y, mantenida en una solución fisiológica, la neuronas pueden mantener sus propiedad eléctricas por todo un día, lo que da mucho tiempo a los científicos para estudiar las conexiones cerebrales», explicó.
En el caso de ratón, que tiene un cerebro mucho mayor, sólo es posible mantener fragmentos vivos fuera de la cabeza, lo que limita los experimentos.
Neurogénesis
Pero lo que realmente hace a los peces un arma potencialmente rica en la búsqueda de tratamientos para problemas del sistema nervioso es su increíble capacidad de regenerar células, sobre todo las neuronales.
Mientras que los humanos tenemos poca capacidad de regeneración neuronal, lo que hace difícil recuperar los tejidos dañados después de un ACV o una enfermedad neurodegenerativa, los peces crean 200 nuevas células por minuto.
En comparación, el ratón –que produce más neuronas nuevas que los humanos- crea sólo 50 por minuto.
Entender esa extraordinaria capacidad de neurogénesis podría ser la clave para curar las lesiones del sistema nervioso.
Por eso científicos como Pandolfi y otros grupos de expertos en el mundo se dedican a estudiar el cerebro de los peces en busca de esa clave, un trabajo en el que Argentina es pionero.
«Lo que queremos es entender qué permite esta neurogénesis en peces. Si podemos identificar una proteína o una hormona que contribuye a este proceso, capaz podamos desarrollar un tratamiento que sirva para los humanos», señaló.