Corren los días de la Semana Santa y junto al resto del mundo, la mayor parte de las familias dominicanas conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, en un período en el cual la liturgia debe acompañar estas horas de reflexión.
Sin embargo, los llamados de atención a “cuidar su destino”; “no ingerir bebidas alcohólicas mientras conduce”; “cuide la vida de sus familiares”; “cierre bien su casa”, entre otros, recuerdan la manera en que el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), e instituciones que integran ese organismo anunciaron el inicio del conocido: “Plan Preventivo Semana Santa 2013”.
La participación de más de miles de personas de diferentes instituciones oficiales, centros de mandos y control regionales, unidades de ambulancias y puestos de socorro en las principales carreteras y autopistas del país, aunque parezcan alejarnos del verdadero sentido que integran estos días en los que “la cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza”, sin duda son imprescindibles, para evitar las cifras de víctimas que cada año tienen lugar, en franca incongruencia con el fin de recogimiento, reflexión, meditación, unión familiar y otros llamados que identifican a la Semana Mayor.
La campaña de información y divulgación pública para sensibilizar y orientar a la población se ha llevado a cabo, sin lugar a duda. Ahora resta que cada persona actúe de acuerdo “a las acciones que debe observar para evitar situaciones lamentables en los días de asueto”, tal y como se ha publicado en los medios.
Que pueda existir una feliz conclusión en estos días de la Semana Santa. Que la sociedad dominicana, en general, goce de una expansión espiritual y sean momentos de verdadero crecimiento espiritual y conciliación, sobre todo, en particular, para quienes dirigen los destinos de la nación.
Semana Santa
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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