El crimen organizado en La Romana operaba bajo el manto protector de la impunidad.
Los sicarios expertos en secuestros, torturas y crimen convirtieron esta provincia en tierra de nadie sembrando los cañaverales de cadáveres descuartizados, quemados o con tiros de gracias.
Esta zona, donde se recibían grandes cargamentos de cocaína y heroína era controlada por Toño Leña y Risch Rodríguez (El Gallero). Se dice que debido a un tumbe de 500 kilos de cocaína que le dieron a El Gallero, este inició una cacería contra la organización de Toño Leña.
Ambos grupos se asesinaban entre sí, calculándose más de 40 muertos de ambos lados. Esto sucedía sin la autoridad judicial (fiscalía); los diferentes comandantes de la Policía y otras fuerzas se interesaran en investigar los hechos para determinar su origen.
Estos asesinatos fueron descubiertos recientemente por el trabajo desplegado por el general Manuel E. Castro Castillo; el Fiscal José Polanco y oficiales de la Policía, adscrito a la Dirección de Investigaciones Criminales (Dicrim).
El 24 de marzo del presente año la Policía incautó un carro marca Toyota, color gris, donde encontraron 28 casquillos para fusiles, lo que permitió establecer la muerte de Juan Bartolomé Jazmín Febles, (Lolo); Rafael Ramírez y las heridas a Elpidio Antonio Ramírez (Cristian); y Elías Jiménez Vargas, quienes fueron agredidos a tiros por varios desconocidos que llegaron al Card Wash Cutom, y que más tarde correspondieron con los resultados de la investigación balística.
Asimismo, resultó que el grupo integrado por Salomón Eusebio Rosario (Pili), Juan Félix Cordero Febles (Copelín), Jorge Alexander Mota Félix (Mayabanex), Efraín Febles Mercedes (Primate), Edgar Rafael Dámaso (Papo), Júnior Guerrero Torres (Júnior), y Francisco Antonio Luís Díaz (Antonio), entre otros, integraban la banda de sicarios que aterrorizaban los munícipes de La Romana
Concluidas las investigaciones dirigida por el general Casto Castillo, el Fiscal Polanco y los oficiales de la (Dicrim), se hizo lo que nunca se había hecho, desarticular esta red de sicarios que cobraba en dólares sus operaciones.
Igualmente, se demostró que cuando existe capacidad, experiencia y la decisión de hacer las cosas con base a las pruebas, la impunidad no existe.
Definitivamente, el sicariato está en desbandada en La Romana, mientras se activa la persecución de este peligroso grupo que anda fuertemente armado.
Felicitamos al general Castro Castillo y el equipo que hizo este trabajo que debería servir de ejemplo a otros generales que tienen provincias bajo sus responsabilidades y donde suceden estos ajustes de cuentas y asesinatos.
Bien hecho general Castro Castillo: Esa es la Policía moderna y de resultado que necesitamos.
Se hizo lo que nunca se había hecho contra crimen organizado
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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