Pese a que sin ella no se vive, su exceso puede enfermar de tal manera, que especialistas en el mundo entero proclaman la necesidad de reducir su uso diario: “la sal de la vida” interpreta lo necesario e imprescindible de esta; pero como toda verdad, la balanza debe estar en equilibrio, o significa peligro para la existencia misma.
En el país, la Sociedad Dominicana de Cardiología alertó a la población sobre el consumo masivo de la sal, por las consecuencias que provoca su ingesta en la salud cardiovascular y alteración inmediata del funcionamiento de los vasos sanguíneos, lo que induce a la hipertensión arterial. Hasta se prevé- según aseguró Petronila Martínez, presidenta de dicha organización-, que someterán a las cámaras legislativas un proyecto de ley, mediante el cual se acuerde controlar el empleo del precioso mineral, que no debe ser más de una cucharadita al día.
La hipertensión arterial afecta, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), a unos mil millones de personas y causa más de nueve millones de muertes cada año por enfermedades del corazón. La nación dominicana es escenario de múltiples cardiopatías y accidentes cerebrovasculares y de muertes prematuras por esa causa.
Loable la actitud de la Sociedad Dominicana de Cardiología, pues de lo que se trata es de asumir políticas preventivas y de atención y en esa dirección, propiciar que se instrumenten tácticas y estrategias capaces de concientizar y facilitar una mayor cultura al respecto. Esto significa cuidar de la salud y calidad de vida de dominicanas y dominicanos.
“La sal de la vida”
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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