Mientras llegan a un definitivo acuerdo la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados (Andeclip), y el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), en la búsqueda de una solución a la problemática del sistema, serán los pacientes afiliados al régimen contributivo, sin duda alguna, quienes saldrán más perjudicados, pues resulta imposible prever una “asistencia de emergencia a los accidentados”, sin que los ingresen ni sometan a estudios, ya que los traumas e impactos internos por tales razones solo pueden medirse con mayor profundidad.
De manera que el presidente de Andeclip, Rafael Mena, advirtió de esta manera y dijo que si el CNSS no sube la cápita de seis a 12 pesos, a partir del día 30 del actual mes, “no darán cobertura de salud a sus afiliados que sufran accidentes de tránsito”. Entonces, es aquí que se intensifica el dilema, sobre todo al pensar que República Dominicana es el segundo país de los 182 pertenecientes a las Naciones Unidas con más muertes de tránsito por cada 100 mil habitantes, con una tasa de 41.7 fallecimientos, cifra con la cual supera la media en América que es de 16.1.
El refrán de que en el país “hay más automóviles que gentes”, se escucha sin cesar, junto a la interrogante de ¿por dónde caminan dominicanas y dominicanos, si sus espacios están totalmente ocupados por construcciones, buhoneros y parqueos improvisados?
No obstante, Senasa (Seguro Nacional de Salud), ha reiterado que “a pesar de que opera con un déficit de 48 millones de pesos por ese concepto, no abandonará a sus afiliados”. Pero, la realidad es que si la denominada “falta” de recursos económicos deja “floja” la cobertura por estas adversas razones, y el sistema que contempla el Fondo Nacional de Atenciones Médicas por Accidentes de Tránsito (Fonamat), hasta el momento no ha sido puesto en funcionamiento, ¿cómo podrá la nación descender de tan funesto lugar en muertes por esta causa en el mundo?
¿Sin cobertura?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Story
Page