Aunque la gran mayoría de la población esperaba un resultado diferente, el Senado de la República se inclinó por la exfiscal del Distrito Nacional, Zoila Martínez de Medina, para ocupar el cargo de defensora del pueblo y ahora lo que toca es trabajar con ahínco en la importante posición para la que fue elegida y que tenga el apoyo de las instituciones estatales, así como el de toda la sociedad.
Fue un gesto de humildad el de la doctora Martínez de Medina, quien inmediatamente después de ser seleccionada, visitó y pidió la colaboración del doctor Félix Antonio Cruz Jiminián, quien había acaparado la atención de una inmensa mayoría, y mucho más valiente fue la respuesta de este filántropo: «Me puse a su disposición, haremos un trabajo juntos en favor de las personas y de manera desinteresada».
Cabe destacar que la doctora Martínez de Medina es catalogada como una mujer auténtica, transparente y vertical; con un orgullo ancestral colgado del corazón como símbolo que le permite ser generosamente espléndida y exquisitamente solidaria.
La revista En Sociedad publicó en 2006 que la ahora defensora del pueblo tiene inmensos valores y, sobre todo, una fuerza que hace posible la trascendencia, que no permite el fracaso ni el pesimismo, y que como el ave Fénix renace de sus cenizas para hacerse cada vez más grande.
El presupuesto de la Defensoría del Pueblo de este año se redujo a la mitad: de 100 millones de pesos a 50 millones; pero, esto no debe ser óbice para que esta figura, aprobada en la Constitución de la República, promulgada del 26 de enero de 2010, haga su trabajo y que su norte sea la lucha por el bienestar de nuestro pueblo. Eso es lo que esperamos.
Defensora: a trabajar
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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