Y si nos uniéramos…

La decisión de la jueza de la Quinta Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Eunice Minaya Pérez, de rechazar la acción de amparo incoada por la Vicaría Pastoral Familia y Vida, y la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo de la Iglesia Católica, en contra de la campaña de la Asociación Dominicana Pro-Bienestar de la Familia (ProFamilia), ha quedado en el escenario de las disputas y controvertidas opiniones.
 
Si bien la magistrada entiende que “la campaña de educación y orientación sexual que desarrolla la entidad no viola los derechos fundamentales de la accionante”, las interpretaciones pesan de un lado y otro de la balanza, recordando también esa frase mítica de Ramón de Campoamor que dice: “Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira”.
 
Muchos han criticado imágenes que, según su opinión, trascienden a la “cultura familiar en el país” y enfocan el tema con el concepto de que en otros territorios desarrollados se verían diferentes.
 
También analizan como ineficaz la demanda de la Iglesia en momentos tales. Pero, más allá de estas u otras interpretaciones, la República Dominicana se agita entre muertes maternas, embarazos a deshoras, mortalidad infantil y una violencia que sepulta los más requeridos valores de la confianza en el ser humano, a distancia de lo cual, a veces se desconfía hasta del humilde policía que anda por las calles, ante la posibilidad de que también sea éste un asaltador en las vías.
 
De campañas hablemos: que eduquen, formen, ayuden, apoyen, convenzan, sensibilicen. Más allá de expresar públicamente y hasta de discutirlo a nivel judicial, lo importante sería abrazarse en la causa que afecta a todos y todas; conversar en lo íntimo y expresarse en lo social con proyectos comunes que ayuden a entender esta realidad.
 
Al final, de cada experiencia se aprende: nadie salió ganando en este asunto contencioso. Profamilia ha hecho lo que tanto necesita el país: esgrimir posturas y acciones: ¿mejores enfocadas? ¿Con otros puntos de vista? Al menos lo intentó.
 
Quedan, sin duda, muchas sendas que andar, sin que cada quien considere ir por su lado: la nación necesita unidad y enfoques que la fortalezcan, para que seamos ese terruño en el cual deseamos ver crecer a nuestros hijos e hijas.

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