La realidad económica que vive el mundo en el día de hoy, obliga a los gobiernos de países desarrollados y en vía de desarrollo a diseñar políticas que tiendan a incentivar y fortalecer las capacidades de los connacionales que han fijado residencia en otros países, con el fin de motivarlos para que se inserten en las actividades comerciales y de inversión del mercado local.
Estados Unidos es el destino que por razones muy obvias toman la mayoría de los ciudadanos dominicanos cuando deciden emigrar; registrándose para el año 2000, que el 78% de los migrantes fijaban su residencia en el gran coloso del norte. Las últimas estadísticas publicadas por organismos oficiales del gobierno norteamericano, nos indican que del 2000 al 2010 la población dominicana, tanto migrante como nativa, alcanzó a ser 1.4 millones de personas, de los cuales el 62% viven entre New York y New Jersey; el 12 % en la Florida y el 7% en Massachusetts.
La diáspora contribuye socialmente en dos países, en dos economías y dos culturas de manera simultánea. Nuestros compatriotas, residentes en los Estados Unidos alcanzaron un ingreso de 16,892 millones de dólares, cifra equivalente a un tercio del PIB de la República Dominicana, lo que sin dudas se refleja en las remesas que mensualmente envían al país, inyectando divisa fresca al mercado local.
La diáspora residente en New York generó la suma de 8,163 millones de dólares, para un 48.3%. Los connacionales que viven en el sureño estado floridano produjeron 1, 802 millones de dólares, para un 10.7 %; pero, independientemente de esa marcada diferencia esta población de dominicanos requieren de atención especial por parte de las autoridades dominicanas, su crecimiento y las condiciones referentes a ubicación y cercanía y el flujo comercial que representa el puerto de Miami obligan a que sean tomados en cuenta para futuros incentivos e intercambios comerciales.
Hemos dicho anteriormente y entendemos pertinente volver a repetir que Florida es el estado que durante los últimos años se ha posicionado como un punto de referencia comercial; pues esta es la comunidad que posee el puerto por excelencia de Estados Unidos con toda Latinoamérica, nuestro país no puede obviar esa realidad; las cifras de intercambio comercial entre Miami y Latinoamérica se han duplicado de 49 mil millones de dólares, en el año 2002 a 112 mil millones de dólares en el 2011.
Los dominicanos que viven en la Florida, ascienden a unos 197,787, de los cuales unos 100 mil están localizados en Miami, Fort Lauderdale y Pompano Beach, otros 97 mil viven en la Florida Central o lo que es lo mismo Orlando-Kissimmee-Sanford-Tampa-St.Petesburgy Clearwater.
Se impone reconocer que existe un segmento importante de connacionales emprendedores dispersos en toda América y Europa a la espera de que el gobierno se ocupe por intermedio de sus representantes consulares, de sus potencialidades y se interesen en establecer contactos con los que estén dispuestos a contribuir con el desarrollo económico del país; en el entendido de que la diáspora establece puentes para crear negocios, comercio e inversiones transfronterizos entre los países de destino y el de origen.
En el caso particular de la Florida, por las condiciones expuesta, el gobierno debe desarrollar políticas y modelos que mejoren los marcos legales e institucionales a escala nacional, que permitan crear un entorno de negocios favorables con canales más accesibles para la inversión de la diáspora con capacidad económica y espíritu emprededor, integrando mejor las políticas de inversión, comercio y desarrollo en ambas direcciones. Entre la Republica Dominicana y la diáspora que vive en el Estado de la Florida se vislumbra un promisorio intercambio comercial que desde ya debe empezar a promoverse con particular interés.
Post data: El autor es Abogado, con especialidad en Comercio Internacional y Presidente de la Organización Latino-Americana de Asistencia Social (OLAS), y reside en Orlando FL.
La diáspora dominicana en el Estado de la Florida
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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