Los retos futuros del PLD-Gobierno más allá del 2016

Miami, Florida.-El Partido de la Liberación Dominicana tiene ante sí un reto y no pequeño sino un gran reto. El octavo congreso Norje Botello tendrá la responsabilidad de colocar al nivel que le corresponde a un partido en el poder que por razones “naturales” se ha ido desgastando tanto en su disciplina interna como en lo “ideológico”.

Explicar esta situación es o llover sobre mojado para él que le ha ido siguiendo internamente los pasos al partido en sus diferentes instancias o se convierte en una discusión de nunca acabar, porque como en toda organización de seres vivos y pensantes, todos nos creemos saberlo todo y tener la solución a todos nuestros problemas.

Mas lo cierto es que el PLD ha pasado de un partido reducido en su membrecía e integrado por cuadros políticos bien formados, a una maquinaria electoral que se activa como un gigante todopoderoso cada vez que se acerca un torneo eleccionario y no más. Luego se hace difícil convocar una asamblea a la que asistan todos los compañeros y se instala una especia de España Boba a ver quién se atreve a hacerlo.

Para suerte, más que para mal, si observamos lo que ocurre en otras parcelas políticas, el PLD cuenta con un cuadro de liderazgo colectivo en su comité político esencialmente, que ha podido unificar criterios y líneas políticas que ante ese desbarajuste de nuestros congéneres, somos o parecemos ser un partido unificado en torno a decisiones vitales a la hora de retener el poder, al menos en los últimos doce años de gobierno morado.

Eso hay que reiterarlo nos ha salvado hasta ahora, pero puede estar llegando un momento en que si no se ponen en ejecución muchas de las propuestas pasadas y presentes en este próximo congreso, podríamos perder los próximos comicios por partida doble.

A saber: por un cansancio de la población flotante que sin ser peledeísta siempre se ha inclinado por preferirnos ante las demás ofertas políticas fracasadas en el pasado, por las ejecutorias materiales e institucionales adoptadas en los gobiernos del PLD, pero que no ve una solución efectiva de problemas como la escasez de electricidad, inseguridad ciudadana, desempleo y sobre todo una sustancial disminución de la pobreza; O que una cantidad considerable de dirigentes y miembros de mayor formación política se cansen también de “esperar” una oportunidad que no les ha llegado y opten por hacerse los indiferentes a la hora de volcarse a un trabajo político intenso como el que nos espera en los próximos años.

Hay que hacer la salvedad que el nuevo estilo de gobierno del presidente Danilo Medina viene a complementar lo hecho durante sus doce años de mandato por el compañero presidente del partido el doctor Leonel Fernández.

El presidente ha comenzado a darle un giro y a poner una mayor concentración en la solución de muchos de los problemas señalados, porque se ha levantado ya una abarcadora infraestructura de carreteras, caminos, edificaciones públicas y puentes que le permiten concentrar mayores recursos en otras áreas vitales, de ahí su indiscutible popularidad.

No obstante, somos de los que confiamos en la sabiduría ante todo, la experiencia y preparación de sus principales líderes políticos, díganse Leonel Fernández y el actual presidente Danilo Medina,-el orden de los factores no altera el producto, para que puedan armonizar más que sus propias diferencias, si es que las hay irreconciliables, entre los que dicen ser sus seguidores a fin de adoptar todas las propuestas que preparen las futuras generaciones de líderes sustitutos y adaptados a los nuevos tiempos que precisará el PLD para continuar reteniendo el poder y por tanto concluir la obra que soñó como decía nuestro líder fundador el profesor Juan Bosch, el padre de la patria Juan Pablo Duarte, mas allá del próximo 2016.

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