¿Quién no ha experimentado alguna vez esa molesta sensación de picor en un punto inaccesible? Buscar la forma de aliviarlo frotando la piel se convierte en una prioridad. Para muchas personas que padecen psoriais o eccema, el se hace crónico y causa mucha desazón.
Sin embargo, la erradicación de esta molesta sensación puede estar más cerca, según una investigación de los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses publicada en el último número de la revista Science.
Una pequeña molécula denominada polipéptido natriurético cerebral b (Nppb, por sus siglas en inglés) es la que desencadena la necesidad imperiosa de rascarse, al menos en ratones. Liberada en la médula espinal, dispara el proceso que se experimenta más tarde en el cerebro como la sensación de picor. Y al eliminarla, la compulsiva necesidad de rascarse desaparece.
“Hemos identificado en el ratón las neuronas iniciadoras del prurito y averiguado los tres primeros pasos en el camino hacia el cerebro. Ahora queda encontrar circuitos similar en las personas e identificar moléculas que pueden orientarse para mitigar el picor crónico sin causar efectos secundarios no deseados. Por lo tanto, esto es un comienzo, no un final. »
A pesar del avance, los investigadores son cautos a la hora de sugerir posibles aplicaciones terapéuticas porque esta molécula iniciadora de tan desagradable sensación, el Nppb,
también está presente en el corazón, los riñones y otras partes del cuerpo, así que intentar controlarla en la columna vertebral tiene el potencial de causar efectos secundarios no deseados.
