Miledys Aquino (nombre ficticio), una mujer que quiso unirse en matrimonio a su pareja sentimental, denunció que el pastor de una iglesia de Higüey se negó a casarla por su condición de salud.
“Yo tenía una relación formal con un hombre que no era seropositivo, soy de esa iglesia hace mucho tiempo, y cuando le pedí al pastor que nos casara, me dijo que no, que las personas con VIH tenían que contraer matrimonio con otras de esa condición”, narró entre sollozos la dama.
La historia fue divulgada por la comunidad de personas con VIH, que expuso esta semana las historias de discriminación y violación de derechos, a que son sometidas, en un “Diálogo Nacional sobre VIH y Derechos”, auspiciado por el Consejo Nacional para el VIH y el SIDA (Conavihsida), y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El Diálogo puso frente a frente, en la misma mesa de discusión, a funcionarios y personas con VIH, para tratar los problemas relacionados con la atención, el acceso a la educación, la calidad de los servicios, el ámbito laboral y hasta la religión, entre otros temas.
Más de 60 participantes entre líderes de la comunidad seropositiva, grupos de apoyo y pacientes del Programa Nacional de Atención Integral, expusieron sus historias de estigma y exclusión, que van desde negación de atención médica hasta separación de los centros de trabajo.
En el marco del encuentro, la abogada Indiana Jimenez denunció la cancelación de un joven, al que ofrece asistencia legal, en una empresa de Santo Domingo, por su condición de salud.
“Estas violaciones ocurrieron cuando la empresa le realizó un test de detección de sífilis, sin su conocimiento ni consentimiento”, explicó la profesional, quien aclaró que le hicieron el análisis bajo el alegato de que era para conocer su tipo de sangre.
