Tiempo hace que escucho a los politiqueros del patio decir que el ex presidente Leonel Fernández es esto o lo otro. Para ellos es más lo que dejó de hacer que lo que hizo, pero lo poco que este realizó fue todo muy malo para estos agoreros.
Una cosa muy buena que ninguno de estos teóricos desfasados no dicen, es que el doctor Fernández, surgido desde las entrañas de los sectores más populares, como son el ensanche La Fe y Villa Juana, es el único que pudo romper con una hegemonía rancia que se daba en el quehacer político nacional, que propiciaban la organización de farsas electorales, mediante las que se imponían los candidatos presidenciales de los partidos de su preferencia.
¿Cómo se rompe con estos preceptos? Con la aparición del joven político que emerge con un grupo de poder más liberal, hombres con más sentimiento social que los tradicionales controladores del poder real y político, marcando así un hito histórico en torno a la lucha política.
Libera y desarrolla el sector judicial y da los pasos reales para una relación entre el cuerpo del orden, los militares y la sociedad civil, buscando la pasividad y el orden social. Nunca jamás he oído a ningún teórico de estos plantear o hablar sobre estos tópicos, mas sin embargo, debemos reconocer que son hechos para destacar en una gestión pos Joaquín Balaguer.
Sí los escuchamos pronunciar palabras soeces, mediáticas, actos que resultan bochornosos para el país, pero sobre todo para los dominicanos que residimos fuera de la patria.
Creo personalmente en la diversidad de criterios democráticos, pero con altura. Recuerdo que transitando por la Quinta avenida y la calle 35 del Noroeste de Miami, en el vecindario de Winwood, mientras deambulaba por esas calles de Dios, de repente sentí el despiadado ataque de un ave, quien enfurecida enfrentó a picotazos mi amplia frente alopésica. Sin pensar en el porqué de la acción emprendida por este amigo volador, me defendí para cuidar mis ojos y mi rostro, lo cual dicen hay que mantener en alto, cosa que para mi resulta casi imposible por mi estatura. Al fin y al cabo, el hecho es que me defendí, sin tener que repeler el ataque.
Inmediatamente aterrizó en mi mente uno de los pasajes de Napoleón Bonaparte que reza: “Mientras Napoleón se esforzaba por alcanzar un libro colocado en un estante de su biblioteca, no podía lograrlo debido a la altura, uno de los generales de su escolta le dice: Excelencia, permítame a mi alcanzarlo, pues yo soy más grande que usted, a lo que Napoleón ripostó sin titubeos… ¡Se equivoca general, usted es más alto que yo, pero no más grande!
Buscaba yo la razón del ataque y concluí que esta ave estaba defendiendo el nido donde se encontraban sus crías, al igual que hace una gallina culeca con sus pollitos o una cerda parida con sus cerditos. ¡Ojo! Cuidadito con eso, pues usted no sabrá leer, pero sí sabe dónde dice peligro.
Es por ello que exhortamos a estos críticos a investigar antes de hacer sus descabellados planteamientos, es decir, pensar antes de abrir la boca.
Voces agoreras y pájaro de mal agüero
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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