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En Educación, invertir no es un gasto

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Si al menos una parte de las experiencias compartidas en el recién concluido seminario internacional «Programa de Desarrollo Infantil Temprano: Aportes para la República Dominicana», quedaran sentadas en el quehacer nacional y se cumplieran las promesas esgrimidas por las autoridades máximas del país en este renglón, podríamos decir que el futuro se tiñe “color de esperanza”.
 
Y es que cuando especialistas nacionales y extranjeros dedican horas de estudio y diálogo a considerar la pertinencia de programas dirigidos hacia esa etapa que se denomina y es “la primera infancia” sin lugar a duda se está invirtiendo en un periodo en el cual se forman hábitos de conductas y se desarrollan importantes formas del pensamiento, imprescindibles para los años que siguen.
 
Según expresó allí el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, la prioridad del Gobierno es proteger a los infantes, a fin de romper el ciclo de la pobreza y la desigualdad. De cumplirse las metas propuestas por el funcionario, República Dominicana alcanzaría renglones inimaginables de satisfacción en todos y cada uno de los ángulos sociales. Se plantea, por ejemplo, proteger para 2016 a alrededor de 656,000 menores de seis años, incluyendo una cobertura de educación preprimaria en más de un 90%.
 
También anunció Montalvo que se atenderán alrededor de 460,000 niñas y niños con menos de cinco años, mediante la puesta en funcionamiento de más de 250 estancias infantiles, con énfasis en la población más vulnerable. A todo esto se sumará la adjudicación de las primeras 100 obras el próximo 5 de julio y en agosto se iniciarán los acuerdos para la puesta en marcha de 100 centros y redes comunitarias.
 
De manera que el Gobierno dominicano se plantea como política priorizada beneficiar las inversiones en programas integrales en las primeras etapas de la vida, y esto significa que está mirando hacia el futuro: “Investigaciones sociales han concluido que una nación obtiene los más altos rendimientos económico y su bienestar social cuando invierte en programas de Desarrollo Infantil Temprano (DIT), que promueven buena nutrición, asistencia médica, estimulación, educación y un ambiente seguro para los niños, hasta la edad de seis años”, trascendió en una de las conferencias pronunciadas en el evento.
 
Muchas voces reafirmaron las ventajas de un menor beneficiado y la manera en que tiene numerosas posibilidades de desempeñarse mejor en la escuela y en el mercado laboral, disfrutar de una buena salud, y no irrumpir en caminos equivocados como la adicción a las drogas y otros males que hoy aniquilan a una parte de las jóvenes generaciones.
 
Intercambios
 
Nada más beneficioso para la región que esa reciprocidad y entrelazamiento de lo que ha resultado bueno para unos que, en definitiva, puede serlo para todos. Al Modelo Dominicano del programa Crece Contigo, por ejemplo, Chile, y Uruguay, representados por Andrea Torres y Nora de Oliveira, sumaron conceptos que de ser aprovechados enriquecerán la siembra de valores en este vital camino de la enseñanza temprana. De Colombia, Adriana Castro profundizó en el tema con su intervención: De Cero a Siempre; y de Cuba Ana María Silverio habló de Educa a tu hijo.
 
Reflexiones colectivas hubo también en torno al empleo de la Radio Interactiva (EDC), y Ludotecas Infantiles en el Desarrollo Infantil Temprano, con Susana Doñé como ponente de la Fundación Sur Futuro, de RD.
 
Lo interesante de estos actos es que se vinculan expertos, profesores, catedráticos, maestros, políticos, funcionarios de organizaciones internacionales, nacionales; figuras del magisterio de la región, del país y, definitivamente, todo aquel interesado en tan sustancial contenido.
 
Desde abril pasado, el país se halla inmerso en el Plan de Atención Integral de la Primera Infancia “Quisqueya Empieza Contigo”, y la ministra de Educación dominicana, Josefina Pimentel, al igual que la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Flora Montealegre, resaltaron la necesidad de aumentar las inversiones en programas integrales de este tipo, que incluyen la promoción de una buena nutrición, asistencia médica, estimulación, educación y un ambiente seguro.
 
Sujetos de derechos
 
En la región se resaltan países que han logrado desde hace una década, modificaciones en la estructura de sus sistemas educativos, con innovaciones que vuelven- una y otra vez o la mirada hacia el nivel inicial, como factor estratégico- aunque aclaran que no es el único-, “para garantizar la equidad, habida cuenta que los niños y niñas son sujetos de derechos, y requieren de una educación que asegure sus potenciales desde su nacimiento”.
 
En el Plan de Cooperación para el Fortalecimiento y Extensión de la Educación Inicial en Iberoamérica reza lo que constituye esencia y razón de esta batalla, “uno de los ejes más sobresalientes sobre el cual se debe impulsar una política social de carácter universal, no sólo para la consolidación de la equidad social sino también para el fortalecimiento de la relación Estado-sociedad. Este compromiso con el niño involucra en primer lugar a los padres, a los maestros, a la comunidad cercana y a la sociedad en su conjunto, ya que asegurar la satisfacción de sus necesidades (afectivas, físicas, sociales, cognitivas, expresivas) es un deber social para la construcción de una verdadera democracia. Al garantizar oportunidades equitativas de aprendizaje sienta las bases para el devenir futuro de la sociedad, concretando, efectivamente, los derechos ciudadanos”.
 
El documento pone a la luz el notable crecimiento en la tasa neta de escolarización de niños y niñas de 0 a 6 años en América Latina (desde un 2,4% en 1960 a cerca del 27% en el año 2000).
 
Pero, y aquí aparece el obstáculo que dificulta nobles planes como estos, pues se requiere de políticas y programas específicos e integrales que potencialicen, sistematicen, evalúen y sociabilicen experiencias. No se trata solamente de que la infancia esté en casi todas las agendas políticas e internacionalmente existan acuerdos. El documento antes mencionado resume:
 
“El avance en la cobertura horizontal, impulsado por los gobiernos, si bien resuelve parte del problema, debe ser acompañado con la ampliación de la cobertura vertical. Para ello es necesaria la disponibilidad de los Estados para trabajar con la sociedad civil, ya que esto contribuirá a evitar la dispersión de esfuerzos de las políticas públicas”.
 
Habría que reiterar en República Dominicana que acciones quinquenales y a largo plazo, no pueden ceñirse a un mandato presidencial, tal y como se planteó que ha tenido lugar en algunas naciones del continente, incluyendo esta. Los desafíos y perspectivas de las políticas de educación deben ser de obligado cumplimiento para quienes aspiren a la silla presidencial en cada momento: visibilizada en la campaña y cumplida cuando se obtenga el poder.
 
Si el Ministerio de Educación (Minerd), “ha desarrollado estrategias con el propósito de fortalecer la participación conjunta de distintas organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y de la sociedad civil, en beneficio de la primera infancia”, según informó la ministra de Educación, Josefina Pimentel, al pronunciar su discurso durante el acto de apertura del seminario internacional “Programas de Desarrollo Infantil Temprano (DIT): aportes para la República Dominicana”, vale la pena que quienes sigan a este y futuros gobiernos, interioricen que en Educación, invertir no es un gasto.

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