Otra vez el grupo de teatro Anacaona hace historia y vuelve a impresionar, esta vez con una de sus mejores obras con títeres: Concierto del Camarón Encantado, donde Lucina Edith Jiménez Lugo y Husmel Díaz Sánchez logran, a partir del montaje de un cuento de José Martí, contenido en el libro La Edad de Oro, que menores y adultos disfruten de un verdadero tesoro dramatúrgico.
Quizás porque las frases del Maestro se apuntalan en ese concepto de que: “El amor al arte aquilata el alma y la enaltece…pone sonrisa en los labios donde morían tal vez, las lágrimas», estos bellos seres humanos han decidido que lo mejor salga de nosotros mismos, con creaciones como estas que conmovieron a los presentes en la Casa de la Cultura Caribeña, donde el humilde leñador y su ambiciosa mujer, junto a un talentoso trovador que marcó con música y gestos cada momento de la puesta, obligan a reflexionar, desde la imborrable prosa martiana, acerca de las ambiciones desmedidas y la cobardía que acompaña al no enfrentamiento a lo malo, todo lo cual nos destruye sin salida alguna.
Grupo de teatro Anacaona, sostenido con la fuerza del espíritu de dos jóvenes artistas, además, pareja de esposos, han ganado premios en eventos como el Festival Internacional de Teatro en París, y siguen cosechando éxitos. Ahora será Colombia, pero antes, pequeños y grandes se regocijan en todo el territorio nacional, con magníficas puestas en escena que ni la copiosa lluvia de la tarde de junio pudo impedir.
Ojalá el amor y la voluntad se multipliquen en estos ejemplos de hacer valer, por encima de retos e indudables dificultades. Porque no cabe duda de que Jiménez Lugo y Díaz Sánchez cumplen eso que un día escribió David Mamet: «Cuando veamos que de nuevo se aprecia y recompensa a los actores que llevan al escenario o a la pantalla generosidad, deseo, vida orgánica, acciones ejecutadas libremente -sin deseo de recompensa ni miedo a la censura o la incomprensión- tendremos una de las primeras señales de que la manera de nuestra época introvertida y desdichada ha comenzado a cambiar, y que volveremos a tener el anhelo y la disposición de contemplarnos a nosotros mismos.»
Gracias, Anacaona
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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