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Traumas e inseguridad de generales retirados

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El retiro masivo de generales jóvenes de las Fuerzas Armadas (FF.AA) y la Policía Nacional (PN), como consecuencia de las reformas a las leyes orgánicas de esas instituciones, ha generado nerviosismo a lo interno de ambas instituciones, sobre todo en torno a los jóvenes académicos que sufrirán el trauma de ser desplazados de una carrera que les ha costado tanto trabajo para lograrla.
 
Ante la imposibilidad del Estado para reubicar a esas personas, una vez retirados como generales, éstos podrían convertirse blanco del crimen organizado, como narcotráfico, sicariato, contrabando…que aprovecharían su “desgracia” para hacerle jugosas propuestas y utilizar su experiencia en manejo de todo tipo de armas de fuego, estrategias de inteligencias y otras.
 
Se estima que actualmente las Fuerzas Armadas Dominicanas cuentan con unos 300 generales, los cuales con la reforma de la institución que se discute en el Congreso se reducirían a 40.
 
En cuanto al número de generales se establece que habrá 20 en el Ejército, 10 en la Armada e igual número en la Fuerza Aérea.
 
La pieza explica que se seleccionaría un general por cada mil miembros de la institución, que actualmente cuenta con 64 mil miembros activos. Es decir, que si se cumple al pie de la letra lo establecido, esa entidad terminaría con 64 generales y no con 40 como buscan los legisladores.
 
De acuerdo con lo dispuesto, el rango de general solo permanecerá por diez años y desde entonces su retiro es obligatorio, a menos que al cumplirlo se encuentre ocupando una posición de mando. Lo mismo sucederá para los rangos de coroneles o capitanes de navío. A los 25 años la cesantía de un soldado es voluntaria, pero a los 40 será obligatorio.
 
Las leyes internas, tanto de las FF.AA, como de la PN, contemplan que a la hora de ponerse en retiro, los generales deben recibir una pensión igual al último sueldo que tenían; además del prerrequisito de los 20 años en servicio.
 
Esas condiciones-junto a otras- no se cumplen en un 100% por la “contaminación” que produce la política, el tráfico de influencia y el compadreo en los ascensos que han “parido” más generales que puestos de mando.
 
Según este anteproyecto de ley, la designación del director general de la Policía, como se llamará a quien hasta ahora se denomina jefe, será por un período máximo de tres (3) años y no de (2) dos, como establece la ley actual.
 
El artículo 25 señala que al dejar de ejercer sus funciones, el director general pasará automáticamente a situación de retiro. Asimismo, para ocupar este cargo se requerirá una experiencia de 25 años de servicio ininterrumpido en la Policía, y no de 20 como requiere la ley que aún rige el cuerpo del orden.
 
Distorsiones
 
En marzo del 2010, el expresidente del Instituto de Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas, Rafael Betances Nivar, indicó que unos retiros que ordenó el entonces presidente Leonel Fernández de un grupo de generales del Ejército Nacional y la Marina de Guerra se realizó al margen de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas.
 
El exjefe del Cuerpo de Ayudantes Militares, durante el gobierno del presidente Hipólito Mejía, aseguró que los ascensos de oficiales deben realizarse aproximadamente cada cuatro años, pero existen coroneles con 10 y 12 años en el rango y hay casos de 16 y 17 años con casi cuatro décadas en las Fuerzas Armadas.
 
Betances Nivar reconoce que el Presidente de la República está en facultad de retirar a un militar con más de 20 años en ejercicio, pero consideró “lamentable que militares jóvenes y preparados sean retirados por chismes”.
 
Betances Nivar consideró fundamental que se tenga en cuenta la Tabla de organización de equipo, que establece las necesidades de cada fuerza militar. «Hay muchos que están sin funciones y otros que no califican”, dijo.
 
En marzo del 2010, el Poder Ejecutivo puso en retiro a 14 generales de la Policía Nacional, entre los que se encuentran los exjefes policiales Manuel de Jesús Pérez Sánchez y Bernardo Santana Páez, así como al director de la Autoridad Metropolitana de Transporte, Rafael Bencosme Candelier.
 
Mediante dicho decreto se apartaron de sus funciones, además, a los generales Daysi Antonia Liriano Paulino, Vinicio Hernández Méndez, Tomás Antonio Holguín la Paz, Reynaldo Mauricio Moreno, Ángel María Rosario Terrero y Radhamés Morel Valenzuela.
 
También, con el mismo grado, a Osiris Alcántara Rodríguez, Julio César Leonardo Burgos, Rafael Jorge Gil, Mario Torres Paniagua y José Delio Mora Reynoso. Ya antes, Leonel Fernández había dispuesto en igual situación a 17 altos oficiales del Ejército Nacional y la Marina de Guerra.
 
Al inicio del mes de junio de este año, el presidente Danilo Medina puso en retiro, bajo el alegato de antigüedad en servicio al exjefe de la Marina de Guerra, vicealmirante Homero Luis Lajara Solá, y al contralmirante Nadil Ricardo Almonte Alonzo.
 
Al enterarse, Lajara Solá dijo que en su caso se cometió una arbitrariedad, ya que lo había solicitado voluntariamente el 30 de enero de este año. Declaró que eso colisiona con la ley orgánica de las Fuerzas Armadas, que establece en su artículo 205 dos formas: forzado y voluntario.
 
Sostuvo que no ha tenido 40 años en las Fuerzas Armadas ni ha llegado a los 65 años de edad y que si hizo esa solicitud voluntaria, no podía alegarse que era “por antigüedad en el servicio”.
 
Experto opina
 
El psicólogo forense Wilfredo Mora considera que las reformas policial y militar que tanto se han promocionado, han sido maniobras de los jerarcas que han llegado con los gobiernos de turno, donde se busca construir buenas imágenes de las entidades en perjuicio de los simples agentes.
 
Entiende que cuando se retiran jóvenes generales, tanto de las Fuerzas Armadas, como de la Policía Nacional, es porque “simplemente esas personas perdieron el juego en medio de maniobras políticas.
 
“Lo peor de todo esto es que los policías y militares están aliados a los políticos y viceversa; por tal razón esas instituciones violan sus propias normas en aras de los políticos. Es decir: existe un matrimonio entre policía, militares y política partidaria”, concluyó el experto Mora.

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