Proteger a niños y niñas que provienen de hogares donde uno de sus progenitores es agresor y el otro- en este caso la otra-, víctima de crimen por violencia de género, significa más que un programa, objetivo imprescindible en estos tiempos en los cuales los feminicidios y las agresiones a mujeres se han convertido en tristes estadísticas que llenan las portadas de los medios de comunicación en República Dominicana.
Calificada con razón “tragedia nacional”, el pasado año, por ejemplo, de cada diez de los 145 crímenes registrados, el agresor resultó ser el actual o la expareja de la víctima, sumado esto a que unos 368 hijos e hijas perdieron a su madre como consecuencia de tales hechos, de los cuales alrededor de 280 eran menores de edad.
La decisión de solicitar al gobierno un fondo especial para ofrecer “protección, educación y cuidado mental a menores sin padres y traumatizados”, se extiende por el país como necesidad impostergable. La violencia, en el decir mismo del procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, deviene “… cuestión política, social, cultural y de derechos humanos” y “la gravedad de la situación que viven las mujeres y sus hijos en la República Dominicana es una realidad colectiva ante la que se tiene que actuar de manera inmediata”.
Aun cuando las cifras marquen a veces una reducción, cada número significa una madre y un hogar destrozado, con los más pequeños destinados a vivir con traumas que difícilmente pueden llegar a vencer durante sus existencias. La nación dominicana, unido al requerimiento de expandir las acciones que deben erradicar este trágico mal, tiene que expandir experiencias como la de Santiago, donde bajo la supervisión de un equipo de profesionales capacitados al respecto, llevan a cabo el programa: “Huérfanos de la Violencia y la Criminalidad”, que atiende actualmente a 32 familias las cuales suman alrededor de 84 personas que se benefician de los dichas atenciones.
Ojalá un día se hable en el país de “escuelas superiores, de arte, oficios y más…”; pero mientras esto llega, hay que enfrentar lo que nos mata y deteriora en estos días…
Menores violentados
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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