Quienes tienen el privilegio de visitar, en la Cordillera – Jarabacoa o Constanza, pueden observar las transformaciones del paisaje y los procesos sociales que ahí se dan, a toda velocidad y no pueden dejar de tener inquietudes. Los paisajes de la Cordillera son gigantescos, violentos, apabullantes por la fuerza de la naturaleza, pocos visitantes quedan con soplo, por la fascinación y la humildad frente a ella. Se sube en las alturas, por una serpentina carretera con las orillas repletas de casitas, es modalidad de las familias sin tierra que transforman las vías y carreteras en “extensión” de sus casas. En las afueras de Jarabacoa, se observan cada vez más “urbanizaciones turísticas” en proyectos cerrados que ofrecen tranquilidad, seguridad y descanso. Se observan muchos más nuevos proyectos de lotificación de tierras de montaña lo que significa una expansión de la propiedad privada en plena Cordillera. No sería malo si ese proceso fuera planificado, orientado y vigilado. No es el caso, sabemos de un plan de ordenamiento urbano de Jarabacoa que abarca de manera “indicativa” la zona periurbana del municipio. Por eso, observando Jarabacoa y su entorno, es inevitable tener preocupaciones por lo que ocurre. Las tierras de esa montaña eran agrícolas, con sus invernaderos y campos ordenados de cultivos de hortalizas o sencillos pinares ¿Que ocurre en Jarabacoa? Esos campos y tierras desaparecen, con ello las actividades y el movimiento de dinero y la juventud. Los invernaderos desaparecen para mas cercas, mas casas aisladas, mas jipetas. El cluster de Jarabacoa sabe que si no se controla y limita ese proceso, no podrá hablar de ecoturismo que integra los habitantes a las actividades, que los ayuda a prosperar, en ningún momento los elimina, ni los debe reconvertir, porque en ese caso, no sería ecoturismo sino turismo de montaña. Quién vende las tierras en la Cordillera Central en estos momentos debe saber que se especula, hay fuertes intereses inmobiliarios en juego y si ese proceso sigue sin plan, pronto se privatizaran todas las lomas y tierras llanas, pronto veremos rivalidades y lobbies y pronto se dejaran en los “bordes” o en tierras con riesgos a esos campesinos que se desplazan, contrario a los objetivos del ecoturismo que Jarabacoa enarbola. Sabemos que el turismo inmobiliario “desertiza” mientras el ecoturismo dinamiza, se necesita urgentemente armonizar esas actividades para garantizar la permanencia de la gente en la Montaña.
