No escribimos peor

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Este multimedios se hizo eco de las palabras del subdirector de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), Javier Lascurain, quien aseguró- según su criterio muy personal-, “que los periodistas no han relajado la obligada costumbre de escribir sus noticias con corrección ortográfica y gramatical, ni que las redes sociales hayan afectado sus modos”.
 
Y resulta interesante que tenga lugar un evento como el Curso de Verano de la UIMP “El español, lengua internacional y del conocimiento”, patrocinada en Santander por la Fundación Lilly, y que se formulen interrogantes tales como: «¿Escriben los medios cada vez peor?, ¿están las redes sociales cambiando el modo en que escribimos? y ¿es posible detener la invasión de términos en inglés?».
 
Aunque Lascurain responde a la primera pregunta: “creo que no», y asegura, además, que el lenguaje periodístico «ni siquiera es más pobre», muchos son los criterios en torno al tema que, en definitiva, llevan al tan repetido condicionamiento de la necesidad de la lectura periódica, sistemática, del análisis que constituyen los múltiples enfoques, no solo en textos de medios de prensa escritos, si no en lo que se escucha a diario en la radio y la televisión.
 
El viejo refrán de los viejos e inolvidables maestros  de que cada día debíamos aprender una palabra nueva; un significado diferente o una conjugación diversa de verbos que empleamos en la cotidianidad debían afianzarse en nuestros tiempos. La Real Academia Española ha liberado usos de letras y palabras, pero no ha dicho que la k sustituya a la q; ni que se acorten frases que constituyen, como reza en las redes sociales “un suicidio de los diccionarios”.
 
Ojalá sea así para la mayoría de quienes ejercemos este comprometido y afanoso oficio del periodismo y se cumpla lo subrayado por Lascurain, que además es periodista y director de la Unidad de Coordinación de la Agencia EFE, acerca de que «nunca antes se ha escrito tanto de forma pública», y que en las redes sociales «la preocupación por escribir bien es cada vez mayor».
 
¡Ojalá y así sea!